¿Por qué hablar de salud menstrual como parte de la salud integral en sexualidad?

¿Por qué hablar de salud menstrual como parte de la salud integral en sexualidad?

Por Andrea Rodríguez López y Elisa Soto Méndez
Organización para Chicas, OPC.

Como resultado de las labores que se realizan desde el área de Salud y Deportes, para promover la importancia de la salud entre niñas, adolescentes y mujeres, se trabaja en conjunto con la Organización para Chicas (OPC), para brindar información a través de pláticas informativas a través de las y los promotores de las Ventanilla de Salud sobre la relevancia de la salud menstrual en nuestras connacionales, para coadyuvar en su pleno desarrollo emocional y físico fuera del país.

Es por ello que se busca visibilizar que durante la última etapa de la niñez y el inicio de la adolescencia, las mujeres presentan cambios importantes ya sean físicos, emocionales, sociales y cognitivos que les provocan ambivalencias y contradicciones en su proceso de equilibrio personal y social.

Durante esta etapa las adolescentes experimentan la transición hacia el desarrollo de la identidad y el descubrimiento de las aptitudes necesarias para establecer relaciones de adulto, así como el asumir funciones maduras y la capacidad de razonamiento abstracto.

Por ello, hay que tener plena conciencia sobre la significación de brindar a nuestras adolescencias las herramientas necesarias para la orientación en temas de su salud sexual y reproductiva, así como de salud menstrual. La falta de acceso a esta información, más situaciones externas sociales como normas, infraestructura, acceso económico o educativo de información, pueden desencadenar en la formación de individuas vulnerables. Es por ello que se considera de suma importancia el detectar en tiempo y forma las conductas negativas para evitar y/o disminuir el desequilibrio en la salud de las adolescentes, así como empoderarlas sobre su salud menstrual y sexual de una manera integral, con un enfoque multidisciplinario y transversal.

Debemos reflexionar sobre la importancia de un estilo de vida orientados a revisiones periódicas de la salud física y medidas preventivas para disminuir riesgos a la salud para alcanzar un balance entre los factores físico, mental y emocional, y visibilizar que la salud sexual y menstrual va más allá de una perspectiva clínica (patologías), sino más bien evaluando, diagnosticando y efectuando programas desde una perspectiva integral basadas en el empoderamiento y la educación.

Sobre esta base, es relevante que el gobierno trabaje en conjunto con madres y padres de familia, miembros de la comunidad, proveedores de servicios e instituciones sociales para promover y procurar el desarrollo y la adaptación a la sociedad de las niñas y adolescentes, mediante una intervención oportuna para generar un ambiente adecuado con miras a su desarrollo.

Y es que hablar de una menstruación digna es difícil y más si es fuera de nuestro lugar de origen, ya que ninguno de los principales programas sanitarios atiende o ha realizado estudios sobre las necesidades en la salud menstrual de las mujeres, niñas y personas menstruantes en movimiento.

Al no atender estas necesidades durante la menstruación, se pasan por alto posibles afectaciones de salud o psicosociales, alterando la vida de las mujeres y personas menstruantes en términos de disminuir su autoestima y competencia, perturbando incluso la concentración en la escuela o trabajo. La falta de educación menstrual integral, que abarca aspectos clínicos y psicológicos, ha llevado a que el concepto de pobreza menstrual sea cada vez más relevante. Esto se refiere a la necesidad de comprender los procesos menstruales y promover el empoderamiento corporal, especialmente entre las mujeres y personas menstruantes mexicanas que viven en el extranjero.

En este sentido, debe ser imperativo que los estados garanticen a cada niña, adolescente o persona menstruante, la posibilidad de vivir una menstruación  higiénica, íntima, cómoda, segura, saludable, digna y placentera, ya que esto garantizará -como bien se menciona en la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, en su artículo 25- el derecho a la salud, en el cual se manifiesta que las y los jóvenes tienen derecho a una salud integral y de calidad, promoviendo una salud sexual y reproductiva y el estado tiene la responsabilidad de aplicar políticas y programas de salud integral, orientados a la prevención de enfermedades y anomalías en la salud y promoviendo estilos de vida saludable.

Si necesitas más información te invitamos a visitar la Ventanilla de Salud en tu consulado más cercano. ¡Estamos para apoyarte!

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