Por: Pilar Palomares
Emprendedora y miembro de RGMX Capitulo Suiza-Lichstenstein
FB: @ELMAIZZURICH
El pasado mes de julio nos congregamos 37 mujeres mexicanas repartidas por toda Europa en este trascendental primer conversatorio de mujeres migrantes en Europa con el propósito de honrar los éxitos alcanzados, las oportunidades exploradas, las necesidades afrontadas y los retos valientemente encarados por las mujeres mexicanas que han emprendido el camino hacia Europa. Es un honor haber participado en este evento de suma importancia a nivel internacional.
Para mí fue sumamente flagrante el hecho que todas somos “Rebeldes”, con ganas de alzar la voz y luchar por nuestros principios e ideologías y ese gran “Amor por nuestras raíces mexicanas” que nos unen de una u otra manera con todos esos sabores de nuestra infancia y nuestra gastronomía mexicana, que nos hacen encontrar ese lugar seguro en el mundo que nos alimenta y da valor para seguir adelante.
Fui una de las participantes del panel de “Emprendimiento”, donde compartí vivencias y experiencias sumamente enriquecedoras. Yo hago parte de esas mexicanas por el mundo que se dedican al comercio y que aterriza y conecta a todas con ese maravilloso vínculo que nos lleva a casa, que es la comida mexicana, ya que compro, vendo y distribuyo productos Mexicanos en Suiza.
Antes que nada, permítanme compartir un viaje personal que ejemplifica las vivencias compartidas por numerosas mujeres migrantes. Como CEO de “El Maíz Mexican Products GmbH”, mi vida ha sido esculpida por la búsqueda incansable de educación, la construcción de una carrera profesional y el deseo profundo de marcar un impacto positivo en mi entorno.
La dificultad primordial que enfrenté al armonizar mis estudios y mi trayectoria en Suiza, me lleva a revelar que hallé un delicado equilibrio entre mis aspiraciones académicas y las demandas de erigir un negocio próspero. En mi juventud, encaré el desafío de gestionar mi tiempo con precisión, asegurándome de otorgar igual atención a mi educación y a mis objetivos profesionales.
No obstante, mi travesía por Suiza se tornó decisiva al advertir el esfuerzo doble que suponía validar mis estudios (Soy Bióloga egresada de la UNAM), especialmente en un momento en el que también albergaba el anhelo de ser madre y forjar una familia. En consecuencia, opté por dar un paso atrás en mi carrera profesional para priorizar la creación de mi núcleo familiar, es decir puse en “pausa” mi carrera (anhelo) profesional.
Simultáneamente, tomé la audaz resolución de adentrarme en el mundo del comercio exterior, aprender nuevos idiomas, ahorrar y, en el momento oportuno, lanzarme a la aventura emprendedora al adquirir una de las primeras tiendas de productos mexicanos en Europa. Esta tienda, ubicada en Zúrich y a dos horas de mi hogar, representó un doble desafío y un examen formidable de mi capacidad de organización en medio de las diversas facetas de mi vida como mujer. Cabe destacar que durante 12 años, contribuí en una empresa multinacional especializada en la importación y exportación de productos de lujo, experiencia que me brindó las herramientas necesarias para ejercer mi profesión con solidez en la actualidad.
Mi empresa se ha convertido progresivamente en un puente tangible para acercar el valioso patrimonio cultural de México a Suiza. A través de nuestros auténticos productos, trabajamos incansablemente para estrechar los lazos entre dos continentes y celebrar la diversidad y los exquisitos sabores que conforman la esencia de la cocina mexicana.
Gracias a mi proyecto “El Maíz” siento un inmenso orgullo al compartir las significativas contribuciones de mi empresa. He tenido el privilegio de colaborar con proyectos gubernamentales suizos que fomentan los intercambios culturales, comerciales y gastronómicos.
Un ejemplo reciente de esta colaboración es la invitación a México como país huésped en un proyecto local en el cantón de Friburgo, donde se reconocen los sabores suizos del año. Esta iniciativa se propone promover la cultura mexicana, sus productos, el turismo, las tradiciones y hasta la moda en Suiza. A través de talleres, danzas, melodías, degustaciones culinarias y pasarelas de trajes y textiles típicos, buscamos fomentar la comprensión mutua y fortalecer los lazos bilaterales. En esta noble labor, hemos tejido relaciones sólidas con la organización StrukturELLE, que lucha por la igualdad de género, y con la Haute école spécialisée de Suisse occidentale, Haute école de gestion de Fribourg (HEG-FR), donde trabajamos codo a codo en programas de empoderamiento de la mujer. También somos miembros de Le Cluster Food & Nutrition.
Además, “El Maíz” ha asumido un rol activo en eventos organizados por la Embajada de México, como festivales culturales y el “Día de Muertos”, que este año se celebrará por tercera vez en el Museo de Historia Natural de Berna, incluyendo un majestuoso desfile por las calles. También apoyamos la fiesta de verano de las embajadas latinoamericanas en Berna, auspiciamos conciertos de artistas mexicanos, participamos en ferias gastronómicas y vinícolas, y llevamos a cabo actividades de divulgación y degustación en diversos supermercados donde distribuimos nuestros productos. Nuestra presencia se extiende a un sinfín de iniciativas para difundir la riqueza de nuestra cultura.
En conclusión, el recorrido de una mujer migrante suele estar plagado de desafíos, pero es mediante la determinación, la resiliencia y un arraigado sentido de propósito que podemos sortear dichos obstáculos. “El Maíz Mexican Products GmbH” representa el testimonio palpable del poder que emana al abrazar la pasión, tender puentes culturales y generar oportunidades de crecimiento y desarrollo.
Desearía con todo mi corazón que en este día celebremos los éxitos de las mujeres mexicanas migrantes en Europa, que exploremos las múltiples oportunidades que se nos presentan, atendamos las necesidades que aún necesitan ser satisfechas y afrontemos colectivamente los desafíos que surgen en nuestro camino. Los límites no residen más que en nuestra propia percepción, y me queda claro que, en conjunto, podemos esculpir un futuro radiante para las generaciones venideras de mujeres, inspirándolas con nuestro ejemplo y brindándoles empoderamiento.
No debemos olvidar que como migrantes debemos estar listas para cualquier sorpresa que se nos atraviese en el camino y tener una mente, si es que así se necesita, como lo fue en mi caso. No solo es aprender un idioma, un oficio, nuevos amigos, nueva escuela, es un giro de 180° donde nos tenemos que reinventar y ser fuertes para encarar los desafíos que cada país y comunidad nos impone.
Agradezco profundamente su atención, extendiendo mi gratitud a la Embajada de México en Suiza y Bruselas por su cordial invitación, así como a la Secretaría de Relaciones Exteriores por proporcionarnos este espacio fundamental, donde abrazamos los valores de México y el potencial inmenso de sus mujeres migrantes.
Con mi más sincero agradecimiento a todos los organizadores y participantes,