Editorial

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La comunidad LGBTQ+ mexicana que radica en el exterior, está compuestas por individuos valientes y diversos, han dejado una huella significativa en el mundo, contribuyendo no solo a la lucha por los derechos humanos, sino también al enriquecimiento cultural y social de los países en los que radican.

En primer lugar, es crucial destacar la fortaleza de aquellos que han enfrentado adversidades y desafíos al salir de sus países de origen en busca de libertad y respeto. Muchas personas LGBTQ+ han tenido que dejar atrás a sus familias y amigos para encontrar un lugar donde puedan ser ellos mismos sin temor a la discriminación o la persecución. Su lucha por la aceptación y la igualdad es inspiradora y nos recuerda la importancia de la empatía y la solidaridad entre todas las personas.

Además, las comunidades LGBTQ+ en el exterior son una fuente inagotable de enriquecimiento cultural. A través de sus experiencias y perspectivas únicas, han aportado a sus países de acogida nuevos sabores, tradiciones y formas de ver el mundo. La diversidad que traen consigo no solo agrega color y variedad, sino que también nos desafía a crecer como sociedades más inclusivas y respetuosas.

Nuestra diáspora arcoíris mexicana también ha demostrado ser defensora incansable de los derechos humanos y la igualdad. Han unido sus voces para luchar contra la discriminación y la violencia, y han trabajado para crear espacios seguros para todas, todos  y todes.

 Su activismo ha sido una inspiración, recordándonos que la igualdad no es solo una lucha individual, sino un compromiso colectivo por un mundo más justo.

Sin embargo, a pesar de los avances significativos en la lucha por los derechos LGBTQ+, aún enfrentamos desafíos importantes. Muchas personas de la comunidad siguen lidiando con la discriminación y la falta de reconocimiento legal de sus derechos. Desde la Secretaría de Relaciones Exteriores y en particular desde el IME, seguiremos trabajando para que haya más acceso a educación, salud, desarrollo económico, a que continúen estrechándose los vínculos con su país de origen, a celebrar la cultura y reconocer la gran diversidad y también para seguir abriendo espacios para escuchar sus experiencias, aportaciones y testimonios.

Creo que juntos, comunidad y gobierno podemos alcanzar una plena igualdad  de oportunidades y libertades sin importar la orientación sexual o identidad de género, juntos, podemos crear un futuro donde la diversidad sea celebrada y la igualdad sea una realidad.

Desde aquí, mi gratitud y admiración a todas las personas LGBTQ+ en el exterior que han contribuido a hacer del mundo un lugar más inclusivo y diverso. Su resiliencia y amor propio son un ejemplo para todos nosotros. 

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