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Parte I
El dinero es una herramienta que facilita el intercambio. Es un bien que todos aceptamos para comprar, vender, ahorrar, invertir, donar, prestar y pagar deudas. El dinero funciona como medio de cambio para comprar y vender, unidad de cuenta para fijar precios y compararlos, así como depósito de valor para ahorrar y usarlo en el futuro.
Para ello es indispensable que todos confiemos en que será aceptado a lo largo y ancho del país como medio de pago y que mantendrá su valor en el futuro. Para ello, Banco de México trabaja en mantener la estabilidad de precios, para facilitarte la toma de decisiones informadas y la planeación del consumo, ahorro e inversión en el tiempo. Tu reto es mejorar el uso y administración de tu dinero mediante la toma de decisiones informadas y conscientes.
Para lograr una mejor administración de tus recursos analiza lo siguiente.
¿Cómo obtengo dinero?
En las primeras etapas de la vida, el dinero generalmente proviene de varias fuentes como el “domingo o mesada” que te dan cuando vas a la escuela, o como regalo de un ser querido, una beca, un premio o algún trabajo que realizamos como lavar el coche del vecino, cortar el pasto, etc. En la edad adulta, la forma más común de obtenerlo es mediante el pago de un sueldo o salario por la realización de actividades que requieren de esfuerzos físicos, mentales, creativos, etc. y del uso de tus capacidades, talentos y habilidades para llevarlas a cabo. Es importante que valores y reconozcas para qué actividades eres bueno y además te gusta realizar, ello te facilitará el acceso a las diversas fuentes de ingresos durante toda tu vida.
¿Por qué tienes que tomar decisiones?
Durante nuestra vida deseamos una infinidad de cosas, sin embargo, los recursos para cubrirlas son limitados; a esta situación se le conoce como escasez. En general, los recursos no son suficientes para cubrir las necesidades y deseos de todos. Nos enfrentamos constantemente a la escasez y por eso la economía es la ciencia que nos ayuda a entender cómo administrar esos recursos escasos, y a dirigirlos hacia sus mejores usos; ya sea tiempo, dinero, esfuerzo o recursos materiales. Tú, yo, las familias, las empresas y los gobiernos nos enfrentamos al fenómeno de la escasez y por ende a la TOMA DE DECISIONES ¡no hay escapatoria.
Antes de tomar una decisión:
- Analiza las ventajas y desventajas de todas las opciones.
- Evalúa tanto la opción que prefieres como aquellas que no vas a escoger, esto disminuirá tu sensación de pérdida ante las otras alternativas y te sentirás más seguro de tu decisión.
- Observa si tus conductas de consumo son impulsivas, o no planeadas, y recapacita en ellas ya que pueden conducirte a un uso y administración inadecuada de tu dinero. Reflexiona: “Lo quiero porque lo necesito o lo necesito porque lo quiero”
Necesidades y deseos ¿Lo quiero o lo necesito?
Las necesidades están directamente relacionadas con los deseos pues estos son la forma cómo cubrimos nuestras necesidades y dependen de nuestros gustos, intereses y preferencias. Si estás tomando la decisión sobre un deseo, piensa en sus ventajas y desventajas para ver si en realidad está cubriendo todas tus expectativas y si los recursos que vas a usar, ya sea tiempo, dinero o esfuerzo, valdrán la pena.
Diferenciar entre tus necesidades y deseos te ayudará a tomar buenas decisiones y comparar alternativas. Al tomar una decisión considera también las opciones que dejas a un lado, pues representan tu costo de oportunidad. Tu costo de oportunidad, o sensación de pérdida, dependerá de tu satisfacción final de lo que elegiste, como de lo que renunciaste por obtenerlo.
El dinero es como una máquina del tiempo. ¿Consumo hoy o mañana?
El dinero es un facilitador de transacciones ya que te permite comprar en el momento, puedes ahorrar y comprar en el futuro. ¡Claro! Si confías en que puedes adquirir más o menos la misma cantidad de bienes y servicios hoy, mañana, semanas o meses después. Además, tienes la opción de abrir una cuenta de ahorro o inversión que genere más dinero para usarlos en el futuro y cumplir las metas y deseos que te has propuesto.
“El ahorro no es el dinero que te sobra después de gastar. También es ahorrar luz, agua, comida, reciclar y aprovechar tu tiempo.” Con el ahorro pospones tu consumo al futuro. Con el crédito traes tu consumo futuro, al presente.
Es decir, el ahorro te permite mover tu consumo al futuro, mientras que con un crédito traes al presente el consumo que sólo hubieras podido conseguir con el paso del tiempo. Por ejemplo: Si necesitas una bicicleta que cuesta cierta cantidad de dinero y hoy tienes ese monto, puedes comprarla hoy. Si no te alcanza, puedes ahorrarlo y posponer su compra para el futuro, definiendo el monto que requieres ahorrar y estableciendo el tiempo que te tomará alcanzarlo para comprar esa bicicleta, o una mejor. Para que el ahorro cobre sentido tiene que existir una motivación de por medio, es decir una meta a alcanzar. Un ahorro sin propósito es como una carrera sin meta. Antes de iniciar tu ahorro piensa en algo que realmente te interese conseguir:
Define ese algo como una meta clara y específica (bicicleta, laptop, casa, curso, etc.).
- Ponle números, investiga cuánto dinero necesitas para conseguir tu meta, paso a paso.
- Fija una fecha límite para reunir el dinero que necesitas.
- Estructura tu plan de acción, es decir establece objetivos y acciones para alcanzarla.