La identidad migrante mexicana y binacional de la Semana de Deportes

La identidad migrante mexicana y binacional de la Semana de Deportes

@ConsulMexTuc

Del 13 al 18 de mayo de 2024 se realizó en los 53 consulados de México en Estados Unidos la tercera edición de la Semana Binacional de Deportes (SBD) y, en esta ocasión, el Consulado de México en Tucson tuvo el honor de ser anfitrión de la ceremonia de clausura el sábado 18 de mayo.

Durante estos días, la SBD reafirmó su relevancia como programa del Instituto de los Mexicanos en el Exterior y de las personas titulares en la Unión Americana para fomentar actividades de integración de nuestras comunidades a sus nuevos lugares de residencia, promoviendo la vida activa, saludable y centrada en su comunidad.

Esta SBD enfatizó una perspectiva plena de género, al animar a las niñas y mujeres mexicanas a, literalmente, tomar partido en los deportes. La SBD permitió a nuestras comunidades el apropiarse de y hacer suyos los espacios públicos de sus ciudades, como canchas deportivas, gimnasios, parques, y explanadas, que vieron transcurrir todo tipo de actividades deportivas y enviaron un poderoso mensaje que visibiliza a nuestra gente.

En Tucson, el evento de clausura se realizó en el complejo deportivo Kino Sports Complex, donde tuvieron lugar carreras de sacos, yoga, zumba, desafío de cuerda y, muy especialmente, tres actividades a destacar, dada la pasión que generan entre las y los mexicanos.

La primera fue la “Copa México”, un torneo de 16 partidos de futbol (o soccer, como es mejor conocido en Estados Unidos) con equipos mixtos, en el que además de la comunidad de Tucson participaron equipos de los Consulados de México en Arizona, como Phoenix, Nogales, Douglas, así como uno del Centro de Información y Asistencia a Personas Mexicanas, el CIAM, que opera desde nuestro consulado. Esta actividad encendió a las y los participantes, quienes entre pase y pase reconciliaron la nostalgia de aquellos domingos en los estadios de México, así como a sus familiares y amigos que llegaron a echarles porras.

Si bien es cierto que este deporte sigue abriendo brecha poco a poco en los Estados Unidos, aún no es tan sencillo encontrar en el restaurante local la transmisión de la final de la Liga MX o de los torneos europeos: a más de un jugador se lo vio celebrar su gol con el salto característico de Cristiano Ronaldo. Después de todo, el soccer, igual que el español, es prueba de que aun los mexicanos en Estados Unidos también tenemos una fuerte herencia que viene del otro lado del Atlántico.

La segunda actividad a destacar fue una sesión de entrenamiento de béisbol para niñas y niños de siete a doce años. Este deporte, por mucho, es el que mejor refleja la binacionalidad y el bilingüismo de nuestras comunidades. Nuestros talentos en las ligas del Caribe y en los mundiales de béisbol han visto pasar varios triunfos con la bandera de México en sus uniformes al grito de ¡play ball! Y esto resuena con más fuerza en la región fronteriza, en especial la nuestra, que colinda con Sonora y que se precia de su tradición beisbolera: la niñez que participó se instruyó en inglés de la mano de exjugadores profesionales estadounidenses, mientras sus padres y madres les daban ánimos en español. Esta sesión de práctica, que profetizó jonrones y cuadrangulares futuros, dio muestra de que la promesa de una América de Norte integrada está más vigente que nunca.

Y la tercera y última actividad fue una exhibición de lucha libre, disciplina que tiene presencia en ambos lados de la frontera con la AAA en México y con la WWE en Estados Unidos (ambas con sus respectivas ligas femeniles) y que reflejó, fiel a su espíritu, el enfrentamiento de dualidades, de rudos contra técnicos, y del bien contra el mal, no con el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl de telón de fondo, pero sí con las montañas y colinas del corazón de La Mesilla detrás del cuadrilátero, en un magnífico atardecer de los que solo el suroeste estadounidense puede dibujar.

El simbolismo de esta exhibición fue claro: reflejó a las comunidades mexicanas que también luchan por hacer un hogar y salir adelante al otro lado de la frontera, no en dos a tres caídas, pero sí con el límite de tiempo que da la vida, y con una resiliencia que nos caracteriza a todos los que sabemos que, desde Tucson y prácticamente cualquier comunidad en los Estados Unidos, México está siempre en el horizonte.

En el marco de la clausura, el Titular del IME, Luis Gutiérrez, entregó el premio Mexicanos Distinguidos 2024 a una mujer mexicana con un liderazgo y trayectoria excepcionales para el empoderamiento de migrantes, de las mujeres y de las niñas, Magdalena Verdugo.

Conocernos y reconocernos es hacer comunidad, es lo que nos permite también el deporte, sobre todo cuando se hace como actividad de integración y colectiva. Promueve una vida saludable y amena para todas las edades.