El pasado 2 de febrero, en compañía del Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, el titular del Instituto para los Mexicanos en el Exterior, Luis Gutiérrez Reyes, una importante participación de rectoras y rectores de 42 instituciones de educación superior (IES) del país, presentamos en la ciudad de Puebla, el Consorcio de Instituciones de Educación Superior para el Desarrollo Educativo de las y los Mexicanos en el Exterior (CIESDEMEX).
Se trata, de una iniciativa de responsabilidad solidaria e innovadora entre instituciones de diversa índole y sostenimiento que buscan materializar el compromiso de mejorar la atención de personas mexicanas que migran a otros países por motivos muy diversos, buscando establecer una relación más cercana, garantizar su acceso, permanencia o retorno a los servicios educativos como medio para el bienestar social, ejercer su derecho humano a la educación y su cercanía con nuestro país.
Para dimensionar esta tarea, es importante reconocer que el modelo económico imperante en las últimas décadas generó un desbordante crecimiento de la migración mexicana, fundamentalmente hacia los Estados Unidos. La población de origen mexicano residiendo en los Estados Unidos rebasa los 38 millones y representa la diáspora más grande del mundo establecida en un país. Este dato por sí mismo podría no ser preocupante, no obstante, se ha identificado que al menos la mitad de esta población se encuentra en condiciones de vulnerabilidad. El estigma de la residencia “ilegal” o indocumentada, la racialización, la discriminación social e institucional, las barreras económicas y demás factores que profundizan la equívoca noción de que la movilidad humana es un acto ajeno a condicionamientos estructurales están impidiendo el pleno goce de los derechos de la diáspora mexicana, entre ellos el de la educación.
Igualmente relevante, otro aspecto de la migración mexicana que en términos de política pública y programas sociales a veces pasa por alto, es la migración mexicana calificada y altamente calificada en términos académicos. Al menos millón y medio de profesionistas y poco más de 300 mil mexicanos con posgrado residen en el extranjero, distribuidos en 50 países de todo el mundo, aunque particularmente en Estados Unidos y Europa. Como ejemplo, basta mencionar que en 2019 teníamos registro de 37,169 personas mexicanas con doctorado en Estados Unidos. (Delgado Wise, 2021) Esta cifra es mayor al número total de integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). El CIESDEMEX, también está diseñado para considerar esta migración calificada y generar vínculos de desarrollo, investigación y cooperación interinstitucional para fungir como un agente autónomo de desarrollo y transformación social.
El CIESDEMEX, surge para impulsar el bienestar integral y la equidad en la atención de connacionales, priorizando el trabajo organizativo, brindando acercamientos a una educación de excelencia y a distancia, con acreditación y revalidación para personas mexicanas en el exterior, fomentando el establecimiento de espacios de diálogo para la revisión y mejora de los marcos normativos que puedan facilitar el acceso a diversos servicios educativos y la exitosa continuación de los estudios.
Plantea un abordaje crítico de la migración a través de la construcción de agendas alternativas y colectivas de investigación y acción comprehensiva, incluyente y emancipadora, para lo cual las instituciones de educación superior, tanto públicas como particulares, así como los centros de investigación y desarrollo, las autoridades y demás organismos participantes, en México y en el extranjero, están llamados a desempeñar un papel estratégico.
A partir de su incorporación proactiva al entorno, las instituciones educativas aportan, desde su papel estratégico, como agentes de desarrollo y transformación social desde su generación de conocimiento, en la formación de científicos, humanistas, intelectuales y tecnólogos con compromiso social y ambiental. Son un espacio muy relevante para transitar hacia modelos educativos basados en el pensamiento crítico; la trans e interdisciplinariedad; la flexibilidad curricular; la movilidad de investigadores, docentes y estudiantes a nivel interno e interinstitucional, así como nacional e internacional, y la articulación entre docencia, investigación, innovación y desarrollo científico-tecnológico.
Transitar en esta dirección implica establecer una sólida plataforma de vinculación y compromiso social de las instituciones de educación superior y los centros de investigación del país, entre ellos y con su entorno. Es asumir desde una perspectiva de “Estado ampliado”, la posibilidad de dar atención al conjunto de la población nacional con quienes tenemos la responsabilidad de garantizar el derecho humano a la educación y al desarrollo.
@LucianoConchier
@SEP_mx
Bibliografía
Delgado Wise, R. (2021). La migración mexicana altamente calificada de cara al siglo XXI: problemáticas y desafíos.Ciudad de México: Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.