Por Rebeca Álvarez Téllez, Tercera Secretaria
Responsable de asuntos comunitarios
Sección Consular de la Embajada de México en Francia
Al pensar en la gastronomía francesa es inevitable repasar la variedad de platillos que ponen en alto al país a nivel mundial, pero pocos se detienen a pensar en lo saludable que ésta puede ser o en cómo se conecta con los hábitos alimenticios de las y los franceses, y mucho menos lo relacionamos con los índices de obesidad en Francia, los cuales están entre los más bajos de Europa.
Ahora bien, al poner más atención, podremos darnos cuenta de los ingredientes, procesos de preparación y costumbres alimenticias en este país, mismas que podemos aprender e incorporar a nuestras rutinas diarias ya que, al igual que los franceses, los mexicanos guardamos una estrecha relación cultural con la comida.
Por lo tanto, pensando en los hábitos nutricionales que podemos reproducir, en especial entre las y los miembros de nuestra comunidad mexicana en Francia, y con el ánimo de contribuir a la salud de nuestras connacionales, el pasado 21 de marzo la Sección Consular presentó el Taller: Hábitos saludables para mujeres mexicanas en Francia, a cargo de Lilia Martínez, Lic. en Nutrición. El taller se enmarcó en las actividades en materia de salud que se realizan en las distintas Representaciones de México a partir del plan de trabajo anual del Instituto de los Mexicanos en el Exterior y en la serie de actividades previstas a lo largo del mes de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer.
La Lic. Martínez comenzó por presentar de manera general la realidad de muchas mujeres mexicanas en el extranjero, no solo en Francia, en la que desafortunadamente los malos hábitos que desarrollamos a nuestra llegada a un nuevo país conllevan a un impacto negativo en su salud física, emocional y bienestar general, de forma individual pero también familiar. Por ello, resulta indispensable tener un equilibrio en la vida personal, tanto hombres como mujeres, en la salud física y mental. De ahí que debemos cuidar nuestros hábitos alimenticios y aprender a adaptarnos a otro país para evitar problemas de salud como diabetes, hipertensión y cáncer.
Y es que, en Francia, como en cualquier otro país en el que nuestra diáspora radique, es necesario mantener o reforzar hábitos saludables cuando cambiamos de lugar de residencia, a pesar de lo difícil que esto puede ser principalmente en los primeros meses o primer año.
Entre los consejos que se brindaron a la comunidad se encuentran los siguientes:
- Desintoxicación del azúcar. A diferencia de nuestro país, en Francia son pocas las personas que consumen alimentos light, pero muchos consumen alimentos de forma moderada, como es el caso de los lácteos, los cuales se encuentran presentes en casi todas las preparaciones alimenticias, ya sea como alimento salado o postre. Los nacionales franceses prácticamente no consumen alimentos procesados, su alimentación es muy natural y se basa principalmente en productos de temporada, evitando así el consumo excesivo de azúcar y grasas trans que aportan pocos nutrientes y demasiadas calorías.
- Educación en la alimentación. Otra costumbre que difiere de las nuestras es la hora de la cena; a diferencia de México, en Francia cenan alrededor de las 7 pm, por lo que los alimentos que ingieren por la noche no repercuten tanto en su descanso y salud. Otro ejemplo que siempre llama la atención son las porciones que consumen, a diferencia de lo que podemos ver si visitamos alguna ciudad en Estados Unidos, en Francia las porciones de alimentos son reducidas en comparación.
- Alimentos adecuados para el organismo. Sin importar el tipo de queso (Camembert, Brie o Roquefort…), no puede faltar en su dieta, siendo uno de los alimentos predilectos y de mayor consumo en el país, además de una fuente importante de calcio, vitaminas y proteínas. No obstante, el consumo moderado de estos alimentos es una cuestión cultural que lleva al consumidor a tener una relación sana con la comida, concentrándose más en los sabores y en la experiencia que en el efecto que tendrá en su cuerpo y mente, lo que al mismo tiempo contribuye a que sean más conscientes de su saciedad y eviten atracones.
- Comprar alimentos locales, frescos y artesanales – preferentemente en los mercados- garantizan una dieta más sana, de mayor calidad y con menos químicos. El consumo de ensaladas para acompañar los platillos; casi todos los platillos principales van acompañados por una ensalada, lo que permite balancear los alimentos y saciarse.
- Sentarse a la mesa como ritual personal o familiar, en vez de comer algo mientras caminas a la oficina o en el trayecto a casa. Esto contribuye a una mejor asimilación de nutrientes, mejor masticación y, por ende, una mejor digestión.
- Tres comidas principales al día (desayuno, comida y cena), con horarios fijos, con dos pausas a lo largo del día para un café o una colación, cuestión que acostumbran desde muy pequeños.
- Actividad física. Para las y los franceses es crucial mantener una actividad física. Ya sea a lo largo del Sena o en los principales parques de las ciudades, aun en época invernal, es regular toparse con personas que aprovechan su tiempo libre para correr o caminar mientras disfrutan ocupar su tiempo libre para ejercitarse. Incluso en algunos parques, así como pasa en la Ciudad de México, cuentan con equipo para hacer ejercicio (bicicleta, escaladora…) y a estos acuden también algunos grupos de personas que practican deportes al aire libre como son box, karate, taekwondo, etc.
- Gestión de emociones. Si bien se trata de una necesidad fisiológica, comer también es un acto ligado a factores culturales, sociales y psicológicos. Vivir en el extranjero es un proceso de cambios; en el caso de los mexicanos y mexicanas en Francia, estos se enfrentan a un nuevo idioma, nuevas normas sociales y una manera de socializar completamente distinta. El estado emocional puede interferir en la manera en cómo nos relacionamos con los alimentos. De ahí la importancia de buscar nuevas actividades, privilegiando aquellas que contribuyan a la salud física y mental, además de aquellas que faciliten la inserción a la cultura y sociedad receptora.
- Acudir al médico general, en caso de problemas alimenticios, ya sea para llevar un seguimiento o ser remitido a un profesional en nutrición. Los profesionales de la salud en Francia están altamente capacitados y el acceso a su sistema de salud equitativo, lo que permite recibir atención de calidad y favorecer la inclusión de los grupos vulnerables, como pueden ser los migrantes.
A través de talleres como este se espera contribuir a la sensibilización con respecto a los hábitos alimenticios y la correlación que estos tienen con la actividad física y las emociones, mismas que son de suma importancia para la comunidad mexicana en el exterior, puesto que la salud no es solamente la ausencia de enfermedad sino la prevención de las mismas a través del equilibrio entre las necesidades físicas y emocionales del ser humano.
Si vives en Francia y quieres más información, te compartimos el contacto con la Sección Consular de la Embajada de México en Francia
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