Por Robert Carcamo-Mallen y Karina Rodríguez
@RedglobalMexAle
Chiapas, un estado rico en cultura y tradiciones en el sur de México, enfrenta persistentes desafíos en cuanto a la desigualdad de género. Aunque se han logrado avances en términos de legislación y conciencia, las mujeres chiapanecas continúan enfrentando barreras que limitan su acceso a oportunidades y recursos. En el ámbito educativo, las disparidades persisten, con tasas más bajas de escolarización para niñas en comparación con niños. Las limitaciones económicas, junto con normas culturales arraigadas, contribuyen a la desigualdad en el acceso a la educación. Esto perpetúa un ciclo donde las mujeres tienen menos oportunidades de empleo y, por ende, menos poder económico.
En el ámbito laboral, las mujeres en Chiapas a menudo se encuentran relegadas a trabajos mal remunerados y precarios. La falta de igualdad salarial y la discriminación de género persisten, dificultando la participación plena de las mujeres en la fuerza laboral. Las mujeres indígenas enfrentan desafíos adicionales debido a la intersección de la discriminación étnica y de género. La violencia de género es otro problema alarmante. Chiapas presenta altos índices de violencia doméstica y feminicidios. La falta de una respuesta adecuada por parte de las autoridades y la normalización de ciertas actitudes contribuyen a la perpetuación de este problema. La brecha de género en la toma de decisiones también es evidente, con una representación política y empresarial dominada por hombres.
Es imperativo abordar estas desigualdades de género desde múltiples frentes. Se necesitan políticas públicas efectivas para garantizar la igualdad en la educación y en el ámbito laboral. Es crucial fomentar un cambio cultural que promueva la equidad de género y desafíe las normas tradicionales que perpetúan la desigualdad. Además, la implementación de medidas concretas para prevenir y sancionar la violencia de género es esencial.
Chiapas tiene un potencial significativo para transformar sus realidades sociales y económicas, pero esto solo será posible con un enfoque inclusivo y equitativo que empodere a las mujeres. La erradicación de la desigualdad de género no solo es una cuestión de justicia social, sino también un requisito fundamental para el desarrollo sostenible y la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Por ello, en 2022 la Secretaría de Igualdad de Género (SEIGEN) del gobierno del estado de Chiapas dio un paso audaz en la promoción de la igualdad y el empoderamiento femenino a través de una colaboración única con la Red Global Mx Capítulo Alemania. El fruto de esta colaboración es el extraordinario proyecto “365 Días Pintando el Mundo de Naranja”, una iniciativa que busca tejer un puente de historias de transformación entre mujeres mexicanas-chiapanecas y sus experiencias en Alemania.
En el núcleo de esta iniciativa reside la rica diversidad de las experiencias de mujeres que han decidido aventurarse más allá de las fronteras geográficas y culturales. Más que una simple recopilación de relatos, el proyecto aspira a ser un faro de inspiración, iluminando caminos para que otras mujeres superen obstáculos en ámbitos diversos como lo académico, científico, cultural y profesional.
Las protagonistas de este proyecto comparten una miríada de temas en sus relatos personales desde Europa-Alemania, desde sus aspiraciones profesionales hasta los desafíos cotidianos a los que se enfrentan. No se trata simplemente de narrar la realidad tangible de sus vidas en tierras extranjeras, sino de transmitir la esencia misma de su resiliencia y su capacidad para enfrentar cualquier adversidad.
El proyecto “365 Días Pintando el Mundo de Naranja” invita a las mujeres chiapanecas a sumergirse en estas experiencias, a enfrentar y superar miedos, choques culturales, barreras lingüísticas, discriminación de género y desafíos profesionales. Cada historia se convierte así en una lección de vida, un testimonio de la fortaleza femenina y una fuente de inspiración para aquellas que se encuentran ante circunstancias similares.
Dentro de estas narrativas, emergen relatos de mujeres valientes que decidieron emigrar en búsqueda de nuevas oportunidades y desafíos. Estas mujeres desafían no solo las expectativas convencionales sobre género y profesión, sino también demuestran que es posible pensar de manera diferente, vencer los miedos y explorar nuevas facetas de sus propias identidades.
Aunque las experiencias compartidas no escatiman en momentos difíciles y obstáculos a lo largo de su travesía, estas mujeres, con determinación y convicción, demuestran que todo es superable. Desde el choque cultural hasta la adaptación a una vida local completamente diferente, estas mujeres nos invitan a reflexionar sobre la riqueza que se encuentra en la diversidad y en la capacidad de abrazar lo desconocido ya sea en Alemania o en Europa.
El proyecto también pone de manifiesto los encuentros y desencuentros espaciales entre el México lejano y la vida local en Alemania-Europa. Explora las complejidades de la integración en una nueva sociedad, así como la preservación de la identidad cultural en un entorno que a veces puede parecer ajeno. Estas historias ilustran la capacidad de adaptación y la resiliencia de las mujeres hispanohablantes que han decidido abrirse camino en un mundo diferente.
En proyecto 365 va más allá de ser simplemente una narración de historias; es un llamado a la acción, una invitación a vencer los obstáculos y a creer en que todo es posible. A través de estas experiencias compartidas, se busca inspirar a otras mujeres a transformarse, reinventarse e integrarse a nuevos espacios profesionales.
Este proyecto no solo pinta el mundo de naranja, sino que también lo llena de colores vibrantes que representan la diversidad, la fuerza y la determinación de las mujeres que desafían fronteras para construir un futuro más igualitario y lleno de oportunidades.