Por: Alejandra Balleza Casillas, Líder de la Comisión de Comunicación RGMX Europa, Vice-Presidenta RGMX Capítulo Alemania, periodista y gestora cultural.
@AleBa_Sa
En el mundo existen cientos de Embajadas y Consulados que además de gestionar las relaciones diplomáticas de México con el mundo, son instituciones que atienden las necesidades de los mexicanos que viven en el exterior, así como también a los mexicanos viajeros que están de paso y tienen una emergencia y/o requieren algún trámite consular. Los consulados también atienden a ciudadanos de otras nacionalidades que requieran hacer trámites para visitar, estudiar, trabajar y/o hacer negocio o eligen venir a vivir en México.
Para quienes salimos de México, sea cual sea el motivo, es importante identificar la representación diplomática más cercana al lugar donde llegas. Las cifras oficiales dicen que somos un poco más de 12 millones de mexicanos los que vivimos fuera del territorio nacional y para todos nosotros es indispensable conocer e identificar cuáles son las competencias y alcances que la representación del gobierno mexicano nos puede ofrecer.
Más allá de los servicios consulares más comunes, como la expedición, el refrendo o la reposición del pasaporte, un consulado puede fungir como la oficina para realizar otro tipo de trámites en ámbitos civil, familiar, mercantil entre otros. Además suelen ser fuente de información y orientación para las comunidades en temas de salud mental, orientación financiera y protección a los mexicanos.
Para muchos de nosotros la representación fuera del territorio nacional se convierte también en el pedacito de México en el país de acogida. Es una especie de puerta y contacto al origen, un espacio de encuentro y convivencia con la cultura, la usanza, la tradición y la comunidad mexicana también.
En regiones y países donde se concentran un mayor número de mexicanos residentes, las representaciones diplomáticas suelen ser más grandes en espacios y en número de trabajadores locales y diplomáticos miembros del servicio exterior mexicano, que son -regularmente- servidores públicos de carrera que atienden las diversas carteras para sumar a la buena gestión de la imagen y política exterior mexicana.
En Alemania somos una copiosa comunidad mexicana – una de las cinco diásporas más grandes en el mundo- por lo que México cuenta con una senda embajada ubicada en Berlín, un Consulado General en Frankfurt y una serie de consulados honorarios en distintas regiones de la República Federal Alemana.
En el barrio de Tiergarten se concentran muchas de las embajadas de diversos países del mundo, en la calle Klingelhöferstr se ubica un hermoso edificio -propiedad del gobierno mexicano- construido exprofeso e inaugurado en el año 2000 que alberga la sede de la Embajada de México con su consulado, el Instituto Cultural de México, así como las Agregadurías Militar, Aérea y Naval.
Esta embajada ha sido la sede de la primera reunión anual -híbrida- de personas encargadas de Protección Consular en Europa. Una de las prioridades en la política exterior mexicana es fortalecer los mecanismos para la defensa, la protección, y el empoderamiento de los mexicanos y mexicanas que viven fuera de México. Por ello el pasado, 21 y 22 de marzo, con el interés de conocer de primera mano los escenarios, las experiencias, identificar las necesidades y desafíos que en esta materia se dan en los diferentes países de Europa, la Dirección General de Protección Consular y Planeación Estratégica de la SRE, convocó a las personas responsables que atienden el área en este continente.
En Berlín, la Directora General de Protección, Vanessa Calva Ruiz, el Coordinador de Protección Global, Guillermo Reyes, así como el Embajador de México en Alemania, Francisco Quiroga y su equipo de trabajo se reunieron con cónsules mexicanos adscritos a otros países y ciudades (España -Madrid y Barcelona-, Países Bajos, Italia -Roma y Milán-, Finlandia, Turquía, Portugal, Francia, Suiza, Reino Unido, República Checa, Ucrania, Rusia, Francia, Rumania, Noruega, Azerbaiyán, Austria, Hungría, Dinamarca, Alemania -Berlín y Frankfurt del Meno-, Suecia y otros con el objetivo de interactuar en diferentes mesas de trabajo para eficientar los procesos de protección para toda persona mexicana que lo requiera.
Si bien la protección consular es una prioridad de la política exterior y una obligación del cuerpo diplomático en el exterior al servicio de mi país, considero que también la protección, la defensa y el empoderamiento podría ser una asignatura que nos atañe a todos. Identificar las necesidades, referir los éxitos y oportunidades, reconocer los retos y desafíos desde la propia experiencia como mexicanos en el exterior es también una manera de contribuir al diseño de herramientas, instrumentos y programas para la protección con un enfoque integral acorde a la realidad inmediata de la comunidad mexicana en Europa.
Desde mi experiencia, llegar a vivir en Alemania, estar en otro contexto cultural, social, geográfico distinto al de origen, donde la distancia y lejanía del nido representa un esfuerzo mayor para mantener la salud y estabilidad integral, es un desafío, después de vivir casi 25 años fuera de mi país-, vivir en Alemania ha sido un proceso constante de autoconocimiento, de templanza y de reinvención.
Si bien ha sido fundamental acercarme a las oficinas e instituciones alemanas para identificar como funciona mi nueva sociedad, tener conocimiento sobre mis derechos y obligaciones, ha sido muy importante identificar también las instituciones y personas de contacto a quien acudir para resolver cualquier situación que como mexicana en Alemania pudiera surgir.
En este tenor, desde mi arribo a Berlín, me acerque al entonces consulado mexicano, ubicado en la Kurfrstendamm. Desde entonces comencé a hacer comunidad y acompañar mi integración en Alemania de la mano de proyectos e iniciativas desde la sociedad civil que me han permitido construir un puente entre mis dos países. Con mi familia bicultural, como miembro activo de la Sociedad Mexicana Alemana, vivimos, compartimos y divulgamos las fiestas, costumbres y tradiciones mexicanas con Alemania y ciudadanos de otras culturas.
Como profesionista, soy parte de la Red Global de Mexicanos en el Exterior, Capítulo Alemania (una red de profesionistas calificados que vivimos y trabajamos en algún país fuera de Mexico) y soy integrante de la Comisión de Comunicación de la región Europa. Desde esta agrupación de la sociedad civil, que aglutina a cientos de mexicanos y mexicanas multidisciplinarios, buscamos crear sinergias para realizar proyectos que generan valor a México vinculados a nuestros países de residencia en las más distintas áreas: Ciencia, Tecnología e Innovación, Género, Emprendimiento, Industrias Creativas, Sustentabilidad, entre otras.
En mi tránsito por ese puente entre México y Alemania he desarrollado destrezas para vivir entre culturas, he aprendido a valorar desde el respeto y la tolerancia las diferencias culturales y he fortalecido habilidades que me permiten transitar más fácil en los requerimientos del mundo global en el que vivimos.
Mi vida en el exterior también me ha permitido ser parte de grandes experiencias como haber sido una de las 37 voces mexicanas convocadas por el IME para participar en el “Primer Encuentro de Mujeres Mexicanas en Europa” un valioso espacio de reconocimiento, reflexión y escucha para trazar un primer boceto de lo que podría ser una fisonomía de la comunidad mexicana femenina en Europa.
Otra gran experiencia ha sido la invitación que recibí para participar en la Primera Reunión Anual de personas encargadas de Protección Consular en Europa, en la Sesión 4: Política de Vinculación y Atención Integral a la Mujer (VAIM) e intercambio de información con la RGMX Europa en un diálogo para identificar las buenas prácticas, retos, lecciones aprendidas y elementos para desarrollar una estrategia en Europa.
En este marco tuve la oportunidad de compartir la experiencia que desde la RGMX Europa y los trabajos en comisiones emanan. Compartí la experticia de acciones e iniciativas que los pilares de género, desde diversos Capítulos de Europa impulsan en favor de sus comunidades, así como acciones intercapitulares y regionales con resultados de mayor impacto. Hablé sobre las buenas prácticas que fomentan la salud mental, el empoderamiento, la circulación y transferencia del conocimiento, el flujo e intercambio de comunicación con redes de contacto funcionales y efectivas para reaccionar ante situaciones o eventualidades. Destacamos la experiencia positiva de acción inmediata ante casos de apoyo para localización de compatriotas, entre otros.
En el pleno se habló de la necesidad de ensanchar la comunicación y colaboración con los consulados, impulsar acciones efectivas de información y prevención, desarrollar estrategias para el intercambio de información, difusión y multiplicación de los instrumentos de atención multidisciplinaria que contempla la Ventanilla de Atención Integral a la Mujer (VAIM) con el deseo de proteger los derechos de la mujer migrante y facilitar herramientas necesarias que ayuden a favorecer las capacidades de las mexicanas para promover su independencia y empoderamiento.
Poder expresarme ante las autoridades mexicanas responsables del diseño e implementación de herramientas para la gestión de la política exterior en favor de la seguridad e integridad de los mexicanos y mexicanas ha sido una distinción. Como una mujer mexicana viviendo fuera de México, compartir mis experiencias como miembro activo de la comunidad y expresar las experiencias en colectivo ante más de 30 personas encargadas de la protección consular en Europa ha sido una gran oportunidad.
Expresar, atender, escuchar, dialogar ha sido un gran ejercicio. La protección, la defensa y el empoderamiento de cada connacional es entonces una tarea a la que todos los actores podemos sumar.