Dra. Mitxy Mabel Meneses Gutiérrez
Maestra e investigadora en Política en
Sheffield Hallam University, Inglaterra, Reino Unido
Entre los múltiples lazos entre México y Estados Unidos se encuentran los estudiantes transfronterizos. Estos estudiantes son mexicanos o mexicoestadounidenses que radican de un lado de la frontera mientras que estudian en el otro lado, por ejemplo, estudiantes que viven en Tijuana, pero acuden a escuelas en San Diego. Esto quiere decir que cruzan la frontera internacional hasta dos veces al día como parte de su rutina escolar.
Esta práctica transfronteriza que también acontece de Estados Unidos hacia México, se replica a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos. Esta dinámica escolar se remonta hasta los inicios del Siglo XX en Baja California y California. Sin embargo, estos estudiantes de todas las edades no suelen contemplarse a nivel institucional por lo que se requiere redoblar los esfuerzos por parte de las autoridades educativas y federales por mejorar esta dinámica que trae consigo una serie de retos.
En el 2019 realicé trabajo de campo en las ciudades de Mexicali, Tijuana, Guadalajara, Ciudad de México, Calexico y San Diego, derivado de mi investigación doctoral llevada a cabo en Goldsmiths, University of London y parcialmente financiada por el CONACYT.
Durante este periodo de investigación cualitativa entrevisté a un grupo de treinta personas conformadas por antiguos estudiantes transfronterizos, académicos y autoridades educativas tanto mexicanas como estadounidenses. Los resultados revelaron una serie de retos y desafíos que estos estudiantes enfrentan diariamente repercutiendo en su vida y desempeño académico que México y Estados Unidos comparten.
En general los desafíos de los estudiantes que radicaban en México mientras estudiaban en Estados Unidos se centraron en tres puntos.
- Primero y el más apremiante es el extenuante y prolongado tiempo de espera para cruzar de México a Estados Unidos. Dado que los horarios escolares coinciden con los horarios laborales, las filas para cruzar toman en promedio de una a dos horas como mínimo, y hasta cuatro cuando hay algún evento que detenga el cruce. Estos estudiantes inician su día entre 3:00 y 4:00 am para lograr llegar a tiempo y evitar penalizaciones académicas por retardos. Hay ocasiones en que el cruce fronterizo se cierra por completo como lo fue en el 2018 derivado de una confrontación entre la Caravana Migrante y autoridades migratorias estadounidenses. Para intentar mitigar un poco efecto negativo de este prolongado tiempo de espera, los estudiantes hacen su tarea, desayunan y duermen en el piso o carro, todo mientras esperan cruzar. Llegan exhaustos al inicio formal de sus clases a las 7:00 u 8:00 am.
- El segundo desafío se relaciona al ámbito académico y a dinámicas dentro de sus escuelas. En particular, la vigilancia lingüística y la falta de conexión con su contexto transfronterizo hacen que el estudiante no sea considerado pedagógicamente. Por ejemplo, en ciertas escuelas fronterizas se les prohíbe hablar en español en su tiempo libre pese a que son bilingües. En este mismo sentido, los materiales y pedagogías utilizadas dentro de las aulas mayoritariamente no consideran el contexto regional ni fomentan las conexiones entre la enseñanza y el entorno transfronterizo de sus estudiantes.
- El tercer desafío se relaciona a la limitada visibilidad que tienen los estudiantes transfronterizos por parte de las autoridades educativas a nivel local, regional, nacional e internacional. Por ejemplo, programas como PROBEM y Educación sin Fronteras: México-California solo contemplan a estudiantes trasnacionales, es decir, aquellos que cambiaron de residencia de un país a otro, excluyendo del marco de cooperación a estos estudiantes con una dinámica de movilidad circular.
Derivado de lo anterior, se emiten las siguientes recomendaciones para la consideración de la comunidad escolar en apoyo de esta dinámica transfronteriza.
- La firma de un ‘Acuerdo de cooperación Especifica para los Estudiantes Transfronterizos que Compartimos’. En el marco de la firma de Memorándum de Entendimiento ‘Los Estudiantes que Compartimos’ firmados por la SEP, el Departamento de Educación de California, y la Universidad de California, un acuerdo especifico que determine la cooperación en educación transfronteriza contribuye a la visibilizarían institucional de estos estudiantes en apoyo de su educación. Las actividades contenidas en este acuerdo deben de incluir a la comunidad educativa tales como maestros, padres de familia y autoridades binacionales.
- Las escuelas fronterizas deben desarrollar mecanismos comprehensivos incluyentes en apoyo de estos estudiantes para alumnos y maestros. Por ejemplo, periodos de gracia al inicio de clases, reducir las penalizaciones académicas por retardos derivados del cruce fronterizo, e implementar pedagogías que fomenten la conexión entre el alumno y su dinámica binacional.
- Una Campaña consular para estudiantes transfronterizos. El IME a través de su red consular en acompañamiento de los Departamentos de Educación fronterizos, deben de desarrollar campañas de protección y de visibilización de estos estudiantes para incluirlos tanto en programas actuales y futuros. Se recomienda una campaña digital enfatizando a la red de apoyo a la que tienen acceso por ser mexicanos en el extranjero. Estos alumnos pasan más de ocho horas en Estados Unidos sin contar con residencia, acceso a salud, o protección generalizada. De suma importancia es destacar que muchos de ellos son menores no acompañados por lo que es urgente salvaguardarlos de manera binacional.
Estas recomendaciones entablan una relación entre estudiantes transfronterizos y autoridades la cual no ha existido históricamente y que nos permite entender mejor la realidad académica mientras se extiende el apoyo a niños, niñas y jóvenes adultos que comparten México y Estados Unidos.