Por Diana Cervantes
@CervantesDiana_
En junio de 2023, fui afortunada de tener la oportunidad de visitar México por segunda vez en mi vida. En esta ocasión, gracias al Programa de Inmersión Cultural y Voluntariado 2023, iniciativa del Instituto de los Mexicanos en el Exterior de la Secretaría de Relaciones Exteriores y el apoyo del Gobierno de Oaxaca, pude visitar por una semana la Ciudad de México y por dos semanas la región mixteca de mi bello Oaxaca.
Mis compañeros y yo visitamos parte de la región mixteca baja, conociendo sus paisajes, costumbres, y gastronomía. Por ejemplo, aprendí sobre la cultura Triqui y cómo las mujeres tejen los hermosos huipiles. También visité San Pablo Guelatao, el lugar en donde nació el gran benemérito de las Américas Don Benito Juárez.
En el Municipio de Santiago Juxtlahuaca, participamos en el taller de máscaras de madera de la región, en donde tuve la oportunidad de observar como los residentes hacen máscaras para la danza de los rubios y los trajes típicos de chareo.
En esta inolvidable experiencia, aprendí mucho sobre mi cultura y mis raíces oaxaqueñas. Algo que quiero destacar es cómo los oaxaqueños viven y aman su rica cultura, la cual yo desconocía. La gente tiene una inmensa pasión por el arte oaxaqueño y los usos y costumbres.
Finalmente entendí esa nostalgia que mis padres sienten por su pueblo, sus tradiciones, y su identidad como mixtecos. Ahora comprendo la razón por la cual mi padre llora al escuchar la canción mixteca. La cual dice, “¡Qué lejos estoy del suelo donde he nacido! Inmensa nostalgia invade mi pensamiento.” Sentí mucha felicidad al viajar por la mixteca pero aun así mi corazón siente mucho dolor al mismo tiempo, siento que el haber crecido en los EEUU, el mundo me ha privado de una cultura que me pertenece y que siempre quise.
Al vivir en los Estados Unidos, el odio que recibimos los oaxaqueños de nuestra misma gente mexicana, me ha hecho que yo aprendiera apreciar y amar mis raíces como mujer indígena. Me da tristeza que hasta ya casi con 30 años de edad, pude tener la iniciativa de experimentar la profundidad de una cultura única que ha sobrevivido por siglos.
Al regresar al estado de Oregón, en donde existe una comunidad muy grande de oaxaqueños, me dio mucha alegría ver a mis padres celebrar el “Festival de las Chilenas”. Por casi 25 años mis padres y la mayoría de los ciudadanos de Santa María Tindu, Oaxaca, que radican en el estado de Oregón, se han unido para formar un Comité no lucrativo. La meta de este comité es recaudar fondos para así poder ayudar a su comunidad en sus prioridades tales como: agua potable, pavimentación de calles, arreglos de escuelas, etc. Mi familia radica en Oregón y en el Valle Central de California y todos los años diferentes familiares tienen cargos en ese Comité.
Este año, mis padres fueron seleccionados para servir en el comité seccional de Oregón. Ellos organizaron un baile anual que le llaman el Festival de las Chilenas, en donde dan a conocer parte de nuestras tradiciones, música tradicional “Chilenas”, incluyendo bandas de viento tradicional, y la danza de los diablos.
Por último, la Guelaguetza tradiciones y costumbres ancestrales para darle a conocer a la comunidad oaxaqueña radicada en Oregón y que no pueden viajar a su estado y conocer un poco de sus tradiciones y cultura. Este año el evento fue muy exitoso para la comunidad en general. Me sentí muy orgullosa de mis padres, de sus raíces oaxaqueñas mixtecas y por todo el éxito que tuvieron con el evento.
“¡Que lejos estoy de suelo donde he nacido inmensa nostalgia invade mi pensamiento!”
¡Que viva México! ¡Que viva la región mixteca!
Agradezco mucho permitirme vivir esta experiencia en el programa que ha sembrado un gran amor por Oaxaca y mi México querido.