Mi experiencia docente
Esteban Demillón Arroyo, hablante de la lengua Hñahñu, profesionista en Educación Primaria Indígena en el Valle del Mezquital, estado de Hidalgo. Mi formación consta de una Licenciatura en Educación Primaria en el Medio Indígena, una licenciatura en Sistemas de Computación y Administrativa, y una maestría en Educación en el Área de Docencia e Investigación. Actualmente me desempeño como Director y Docente frente a grupo en la Escuela Primaria Indígena “Francisco I Madero” ubicada en Puerto Bangandhó Ixmiquilpan, Hidalgo.
En el presente ciclo escolar ingresé mi solicitud para participar en el programa PROBEM 2023, donde me aceptaron y seguí el protocolo administrativo
Al momento de recibir la noticia fue una alegría porque tenía la curiosidad de vivir la experiencia, en cierta forma conocer la forma de vida educativa en el país vecino, aprender algo del sistema, por otro lado, me propuse compartir parte de mi práctica docente que trabajo en México. Mis expectativas eran diferentes a la realidad que estoy viviendo, con todo eso, sé adaptarme a las condiciones, que es lo que estoy haciendo en este lugar.
Inicialmente fui asignado en Lakeland Florida US, junto con el profesor Quirino Zapata Ramírez, posteriormente en Clearwater, Florida. De la CDMX salimos en el mismo vuelo tres compañeras, mi compañero y yo, al final del día llegamos a Tampa, Florida. Fueron por nosotros dos jóvenes comisionados por Juan Baxcajay, nos llevaron a comer a un restaurante, y posteriormente al lugar de hospedaje.
El domingo 4 de junio fuimos presentados en el lugar de trabajo donde íbamos a estar, visitamos ambas sedes y fue un día agradable, de conocer a personas y compartir experiencias.
El 5 de junio de 2023 me presenté en Christ Lutheran Church, Lakeland y la sorpresa fue no hubo asistencia de niños, al día siguiente se repitió la escena. Dada la inasistencia de niños, al tercer día, mi compañero Quirino y yo nos despedimos del Pastor Chris, un hombre de Dios muy amable y generoso. Juan Baxcajay, Presidente de la Federación Migrante en Florida, nos incorporó en el campamento que se estaba realizando en Grace Lutheran Church, Clearwater donde ya estaban laborando 3 compañeras docentes.
Ahí, apoyamos a las compañeras en lo que estaban desarrollando, por la tarde nos sentamos a organizar la forma de trabajo, ya que ahora íbamos a conformar un equipo de 5 docentes. Por consenso decidimos integrar a los niños en equipos, de acuerdo con la edad, se formaron 5 grupos, los nombramos por colores donde quedó de la siguiente manera: Profa Lourdes equipo NANXA (naranja), profa Cecilia K’ANGI (verde), profa Yaquelin K’AST’I (amarillo), prof. Quirino THENI (rojo) y su servidor equipo IXKI (azul), diseñamos un horario para hacer rotativa la atención de todos los niños.
Los 5 compañeros no nos conocíamos en México, fue hasta los primeros acercamientos que tuvimos en la Ciudad de Pachuca, posteriormente durante todo el viaje, más adelante nos hemos tratado y conocido poco mejor al interactuar todos los días en esta vivencia.
El carácter, entusiasmo, percepción de cada uno de nosotros es algo diferente y se refleja en nuestra práctica docente.
Las primeras dos semanas fueron algo difícil porque no lográbamos ponernos de acuerdo, cada uno quiso trabajar a su mejor forma, por lo que Juan Baxcajay procuró siempre intervenir para un mejor desarrollo de las actividades, ya que él, año con año vive esta experiencia y convive con los docentes que son asignados. Cabe mencionar que tuvimos algunas dificultades de hospedaje y traslado, pero de una u otra forma se resolvieron.
Las niñas y niños, hijos de mexicanos indocumentados y residentes, tienen una formación diferente a los niños de México, con quienes trabajamos a diario, esta sociedad infantil está siendo formada con la filosofía de esta nación.
Mi plan de trabajo fue enseñar a los niños el himno nacional mexicano en lengua Hñahñu, misma que he puesto en práctica y ha dado resultados, a estas alturas pueden cantar de tal forma que se distingue. Ha sido difícil para los niños por tratarse de una lengua muy distinta, el profesor Quirino ha incorporado canciones en Hñahñu para que nuestros estudiantes se familiaricen con las palabras y entre los dos hemos procurado impulsar la lengua materna de nuestra región cultural.
También hemos enseñado el bordado típico del Valle del Mezquital, donde cada niño y niña ha aprendido a bordar en un diseño impreso en tela, los materiales los compré en México. No ha sido fácil que aprendan a bordar con precisión, es notorio que la mayoría tienen poco desarrollada la motricidad fina, incluso la motricidad gruesa les dificulta. El proceso de aprendizaje ha sido por medio de la práctica, ha tomado más tiempo de lo previsto, pero es gratificante ver que han ido superándose, de tal forma que, al día de hoy, están bordando.
He tenido la fortuna de conocer a mexicanos muy amables que brindaron apoyo en alimentos al grupo de docentes, así como personas que sin conocerlas me brindaron su amistad y compartimos. Estamos muy agradecidos por ese gesto tan humano.
En la parte final se realizó un festival de fin del curso con un acto cívico con las banderas estadounidense y mexicana, el himno nacional mexicano se cantó en Hñahñu, así como algunas canciones mexicanas.
A pesar del corto tiempo me he encariñado con los niños y los extrañaré.
El día de la clausura se acercaron muchos de mis alumnos a tomarse foto, a regalarnos un abrazo, a desearnos éxito y a despedirnos. Como en distintos espacios se cultiva el cariño y al final no es difícil derramar unas lágrimas de gusto, de afecto.
Pero este proceso llega a su fin y guardaré esta experiencia por siempre como algo muy especial, porque pude aportar algo en los niños con quienes tuvimos interacción, sé que también ellos disfrutaron y aprendieron de este campamento. Dios bendiga a las familias y niños con quienes pudimos compartir y convivir y a todas las personas con quienes de una u otra manera tuvimos contacto.
Quirino Zapata Ramírez, sabedor que existe un departamento de la SEPH-PROBEM, anteriormente había participado en la convocatoria de hace dos años pero por cuestiones de la pandemia, se suspendió, por lo que los ánimos habían decaído, sin embargo no perdí las esperanzas, por lo que volví a participar, en el momento menos esperado.
Fui convocado a participar en el programa, sin pensarlo acepte el reto, porque sabía que sería una experiencia en mi práctica docente, empezaron las emociones y las preguntas de cómo sería el reto, por lo que a partir de mayo empecé a reunir los requisitos que solicitaba el programa, al mismo tiempo organizando las responsabilidades y compromisos que tenía en mi escuela al que estoy adscrito, recibí apoyo por parte de mis autoridades, así como el resto de mis compañeros, las buenas vibras y apoyo incondicional, sobre todo con mis compañeros de mi centro de trabajo que mucho les agradezco.
Teniendo la fecha del viaje, fui citado para recibir la comisión de manos de autoridades de la Secretaría de Educación Pública del Estado de Hidalgo. En el evento protocolario sentí mucha emoción porque todos me deseaban cosas buenas y todos hablaban de la experiencia tendría, aquí empieza la cuenta regresiva para la salida a Florida, Estados Unidos el 4 de junio del 2023.
Entre compañeros de los que iríamos al estado en cuestión realizábamos reuniones virtuales para ponernos de acuerdo para las actividades que desarrollaríamos durante el campamento y así con una emoción y la incertidumbre de saber adónde llegaríamos, cómo serían los estudiantes, los padres de familia, donde nos quedaríamos, cómo sería el lugar, llego el día y emprendimos la aventura.
Nos recibieron los hijos de Don Juan Baxacajay Cantero, Presidente de la Federación de Hidalguenses en Florida, nos llevaron a un restaurant Japonés a comer, por cierto lo disfruté.
Nos hospedamos en un apartamento los cinco docentes, el domingo nos llevarían a Lakeland y ahí atenderíamos a unos estudiantes, estuvimos el lunes en el lugar indicado, martes y miércoles, pero nadie llego por la situación atribuida por lo que viven en el Estado de Florida, la Ley SB1718 aprobada por el Gobernador del estado, muchos migrantes y familias enteras se fueron del estado, así que no tuvimos estudiantes adonde nos habían enviado por lo que mi compañero y yo nos incorporamos con la compañeras que habían iniciado el campamento en Clearwater.
Al incorporarnos nos sumamos al proyecto que las compañeras habían implementado, conforme transcurría los días nos fuimos poniendo de acuerdo para las actividades y la manera de atender a los
Propuse enseñarles un poco de música folclórica y cantar algunas canciones en Ñahñu, durante la atención me fui dando cuenta que los estudiantes tienen intereses y habilidades como el gusto a la música, al grado de que ya tenían idea, otros compraron sus instrumentos, esta experiencia de despertar el interés o gusto por la música no tiene precio, así mismo el canto y talento que tienen algunos niños es sorprendente.
Durante la primera semana de intervención con los estudiantes, sirvió de diagnóstico para identificar habilidades, la experiencia de trabajar con estudiantes, niños y adolescentes siempre fue grato ya que son muy creativos y receptivos, pero como todos los estudiantes en todos los contextos, hay quienes se interesan por aprender y algunos se mostraron apáticos ante el aprendizaje, pero la intervención siempre fue motivadora para hacer futuros ciudadanos que enfrenten retos en diferentes contextos en favor de sus semejantes.
Durante el campamento se realizó un rally con los estudiantes y los padres de familia, actividad que permitió observar la convivencia entre los padres y sus hijos, lo que sirvió para acercarse entre ellos ya que por sus actividades u ocupaciones tienen poco tiempo de convivir como familia, además de terminar la actividad se llevaría una convivencia, fue muy divertido y significativo.
Al finalizar el campamento se organizó el cierre de actividades lo cual fue muy interesante porque las familias de los estudiantes y algunas autoridades se llevaron la sorpresa de ver a los estudiantes cantar el Himno Nacional en Ñahñu (lengua indígena del estado de Hidalgo), cantar algunas canciones en la misma lengua, incluso declamar, sin olvidar el Himno de Estados Unidos, país donde ellos viven, bailar alguna danzas prehispánicas y el folclor del Estado de Hidalgo, de tal manera que los asistentes de origen Mexicano recordaran sus orígenes y los que vieron se convencieron de lo bonito que son las costumbres y tradiciones de México.
Participar en esta experiencia fue grato para mí ya que, aunque fue poco tiempo, los estudiantes del campamento adoptaron un pedacito de México, ellos y yo aprendimos que aunque vivimos en países distintos, la cultura nos une.
Termino agradeciendo a PROBEM-HIDALGO, a la Federación de Hidalguenses en el Estado de Florida en Estados Unidos y VAIPOIME, por las facilidades, la oportunidad de vivir esta experiencia y por brindarme la oportunidad de compartir la cultura de México a niños y jóvenes, a los padres de familia por su apoyo para el desarrollo de las actividades.