“LAS PERSONAS VEN EL MUNDO CON LO QUE LLEVAN EN EL CORAZÓN”
Göthe
Por María Dolores Alfonso Aponte
Fisioterapeuta especializada en geriatría, cuidados paliativos y salud mental
Mexicana residente en Portugal desde 2019.
Soy Fisioterapeuta desde hace 17 años, en los cuales he reencontrado el sentido de mi profesión desde diferentes perspectivas, iniciando con el hambre de saberlo todo y pensando que solo yo sabía lo que un paciente necesita, después entendí que el paciente es más allá que su enfermedad y por último entendí que la fisioterapia no solo es física, sino también tiene una intervención en la salud mental de manera contundente, entendiendo que todo el movimiento tiene relación con nuestras emociones y nuestras emociones con nuestro movimiento corporal.
La fisioterapia no solo es una herramienta de la medicina que nos ayuda a mejorar nuestro organismo, no solo nos pone en equilibrio las fuerzas ni los movimientos. Es la unión del arte con la razón. Es la capacidad homeostática de la ciencia y el corazón.
La fisioterapia no solo cura el cuerpo, cura el alma con entendimiento, con paciencia, con esperanza, con sentido de vida.
A través de la paciencia y objetividad del fisioterapeuta, se ponen metas y demandas al paciente, propias para ayudar a mejorar la salud y también la imagen que él tiene de sí mismo.
Nos convertimos en el amigo que lo escucha, en el padre que lo ve con ternura y compasión, somos un compañero de guerra que se sienta junto a él a curarse las heridas y demostrar que la medicina es más calurosa y cercana de lo que parece.
De las cosas más nobles que hacemos los fisioterapeutas es ayudar a encontrar el sentido de vida a través de las capacidades residuales que tiene el paciente. Sabemos escucharlo y entender lo que tiene en falta para reintegrarlo a la sociedad. Queremos conocerlo desde un sentido profundo, queremos que trascienda a través de su condición y con ella vuelva a creer en sus capacidades y manifiestos.
La fisioterapia no es un cúmulo de instrucciones, no es una receta de cocina, es la planeación perfecta y concreta de la nueva condición del paciente, con conocimiento científico y social que envuelve el ambiente del paciente. No es un tratamiento generalizado, es la ejecución de un plan individual basado en la experiencia y en los sueños de nuestros pacientes, siempre con la claridad y certeza de las metas propuestas sin generar frustración y desánimo.
El fisioterapeuta es clave importante en el equipo interdisciplinario del paciente, es el facilitador del entendimiento entre el médico, la familia y el paciente. Se vuelve el cómplice de ambas partes, pero siempre con el firme propósito de explotar lo mejor de la situación y en mejorar la calidad de vida del paciente.
La capacidad de trascender del paciente junto con la empatía del fisioterapeuta hace de cada tratamiento una experiencia de vida para los dos. La escucha y compañía que se da en ese equipo ejemplifica que la ciencia y la esperanza aderezadas con paciencia no podrían estar jamás separadas.
Excelente artículo Mariló muchas gracias por compartir tu experiencia desde Portugal 😎