@luisgure
Hemos iniciado un año crucial para la historia de México. El 2 de junio tendremos elecciones para elegir un elevado número de puestos de mandato popular: Desde la Presidencia de la República, hasta el Congreso Federal – donde se elegirán diputaciones migrantes-, más seis gubernaturas y una Jefatura de Gobierno. También serán históricas porque por primera vez contendrán a la Presidencia de la República dos mujeres de distintos partidos políticos.
En la próxima justa las mexicanas y los mexicanos en el exterior podrán emitir su sufragio a través de 3 modalidades: voto postal, electrónico o presencial en 23 representaciones de México, lo cual no tiene precedentes en nuestra historia.
Mientras escribo estas líneas observo que en el Sistema de Registro para Votar desde el Extranjero se han registrado 198 mil personas migrantes, cifra nunca alcanzada anteriormente, y la cual da cuenta del renovado interés que existe por ser parte de las decisiones políticas más importantes del que siempre seguirá siendo su país. El escenario que vivieron nuestros migrantes en Estados Unidos antes de 2006, en donde la mayoría no podía participar políticamente, se ha sustituido por uno en el que nuestros connacionales y sus descendientes hijos, hijas, nietos y nietas mayores de 18 años, tienen el derecho a ejercer el sufragio.
Otro dato que sobresale es que cada 12 años México y Estados Unidos, –la nación que tiene la mayor concentración de nuestra diáspora— coinciden en la elección de su presidente.
Estas coincidencias también significan retos para nuestros connacionales. En Estados Unidos los estados que registran mayor número de mexicanos como son California (36 por ciento), Texas (22 por ciento), Illinois (6 por ciento) y Arizona (5 por ciento), han enarbolado en el pasado leyes que han pretendido criminalizar a la población migrante al extremo de considerarlos amenazas para la seguridad nacional y pública.
Dichas leyes son consideradas respuestas nativistas que se esfuerzan en negar las múltiples contribuciones que nuestros migrantes han hecho a ese país. Su trabajo arduo y constante ha sido reconocido en diversos sectores y momentos, como la pandemia del Covid-19. Realidades cómo estás demandan que protejamos sus derechos, incluyendo los políticos.
El Instituto de Mexicanas y Mexicanos en el Exterior trabaja, en conjunto con nuestras representaciones y a través de las Ventanillas de Educación Cívica (VEC), para sensibilizar a nuestros connacionales sobre la importancia de optar por la doble ciudadanía como un medio para ejercer los derechos políticos.
Las VEC cumplen un rol importante de orientación en los Consulados. Otro de los roles que desempeñan van orientados a contribuir a defender los derechos de nuestros migrantes a través del sufragio, brindándoles talleres y acompañándoles en el proceso del registro del voto en México así como de obtención de la ciudadanía estadounidense y mexicana en el caso que corresponda. Dichas ventanillas se apoyan en el trabajo de organizaciones como “Mi Familia Vota”, creada el 1994, después de que la Propuesta 187 de California fuese aprobada y ahora cuenta con presencia en siete estados.
Asimismo, las VEC en combinación con las brigadas ciudadanas y la red de Embajadas y Consulados han hecho una enorme labor para que las y los ciudadanos mexicanos tuvieran toda la información para solicitar su credencial de elector y con ello, participar en los comicios del 2 de junio próximo.
Sin duda los años venideros pondrán frente a nosotros la necesidad de contar con líderes responsables, proactivos e innovadores. La diplomacia mexicana cercana a la gente busca entre otros fines, contribuir a que las y los connacionales en el exterior sean participativos y más capaces para defender sus derechos; para que avancen socioeconómicamente y obtengan mayores niveles de bienestar en cualquier lugar.
Desde el IME agradecemos el interés, entusiasmo y la decisión de nuestros connacionales radicados en los siete continentes por incidir en el futuro de la gran nación mexicana que conformamos todas y todos
