Por Cecilia Estrada Villaseñor
@CeciliaVillas
Quiero empezar este artículo agradeciendo sinceramente a Embamex Bélgica, consulados en Europa e IME por convocarnos a este primer conversatorio que explora éxitos, oportunidades, necesidades y retos de las mujeres mexicanas en Europa.
La mesa desde la que yo pude participar fue la de la Salud mental y Migración y es desde ahí que quiero hablarles. Sabemos que desde el inicio de los tiempos, la migración ha sido una constante. Las razones son variadas: económicas, sociales, políticas, entre otras. En las últimas décadas, un grupo demográfico ha emergido como central en el contexto migratorio de México a Europa: las mujeres. ¿Cómo afecta este fenómeno a su salud mental?
El tema de salud mental y migración, especialmente en el contexto actual, es de suma relevancia. Vivimos en una era de movilidad global creciente y también de desafíos abrumadores para la salud mental. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM, 2020), 3% de la población global está en movimiento. A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) informa que la pandemia de COVID-19 ha intensificado los problemas de salud mental globalmente.
Desde mi perspectiva como comunicóloga y doctora en Migraciones Internacionales, sé que la comunicación tiene un papel esencial en esta cuestión. Silove et al. (2017) mencionan que una comunicación efectiva puede sensibilizar a la sociedad sobre las necesidades de salud mental de los migrantes, combatir el estigma y promover una mayor inclusión. No obstante, si se gestiona inapropiadamente, puede reforzar estigmas y equívocos.
¿Cuál es la historia y el Contexto Migratorio?
La migración mexicana ha tenido históricamente como principal destino Estados Unidos. Sin embargo, en las últimas décadas, Europa ha ganado relevancia, con España, Francia, Alemania, y el Reino Unido entre los destinos más populares. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre 2000 y 2020, el número de mexicanos en Europa ha crecido en un 150%. La motivación varía desde oportunidades educativas, laborales, hasta una conexión cultural con ciertos países, como es el caso de España.
Y aunque más de 11.8 millones de mexicanos viven fuera de México. El 1% de ellos, alrededor de 118,000 personas, residen en Europa. Fazel et al. (2012) evidencian que la salud mental es uno de los desafíos más apremiantes para los migrantes, considerando dificultades desde la adaptación cultural hasta la soledad y discriminación.
Mujeres, protagonistas de un cambio
Las mujeres mexicanas han ido cobrando mayor protagonismo en las corrientes migratorias hacia Europa, particularmente hacia España. Casi el 60% de los mexicanos que emigran hacia este continente son mujeres, lo que nos lleva a analizar el fenómeno de “feminización” de la migración, entendido como un reflejo de las dinámicas sociales contemporáneas en las que las mujeres toman decisiones autónomas y buscan oportunidades en el exterior, tanto en el ámbito académico como laboral.
Las mujeres se enfrentan a desafíos específicos, al emigrar, estas cuestiones pueden variar o intensificarse en comparación con los hombres debido a la intersección de género con otros factores sociales.
- Adaptación Cultural: La integración cultural es una tarea desafiante, ya que se deben aprender nuevas costumbres y, en muchas ocasiones, un nuevo idioma. Esta adaptación puede generar sentimientos de alienación o de no pertenencia, generando estrés.
- Redes Sociales: Al emigrar, las mujeres suelen romper con su red social previa. Reconstruir estas redes puede ser un desafío, sobre todo cuando no se cuenta con una comunidad de compatriotas cerca. Sin una red de apoyo, las emociones negativas pueden aumentar, afectando su bienestar emocional.
- Discriminación y Xenofobia: Las mujeres migrantes pueden enfrentar estigmatización no solo por ser extranjeras, sino también por ser mujeres en contextos que pueden ser patriarcales o misóginos. Esta doble discriminación puede desencadenar depresión, ansiedad y baja autoestima.
- Presiones Socioeconómicas: A menudo, las mujeres migrantes se encuentran en posiciones laborales precarias. Esta situación se agrava cuando tienen la responsabilidad de enviar remesas a sus familias en México, creando una presión socioeconómica considerable.
Antes de seguir, quiero detener la mirada del lector en la fase en la que una persona decide cambiar de país. Pues bien, desde el momento en el que esa persona toma la decisión de movilizarse, lo está haciendo por una serie de razones. Es así como la migración mexicana a Europa, especialmente a España, por las oportunidades que ofrece. Además, este fenómeno es un reflejo de la feminización de la migración global. Estas mujeres, al trasladarse, buscan una variedad de objetivos: desde educativos y laborales hasta personales. Aunque enfrentan retos, muchas logran integrarse exitosamente en el tejido socioeconómico y cultural de sus nuevos hogares.
Estas mujeres, al migrar, experimentan una profunda transformación. La migración no es solo un desplazamiento físico, sino también un viaje emocional y psicológico. Las experiencias adquiridas enriquecen su perspectiva de vida y les permite redescubrirse a sí mismas y a su entorno.
La “feminización” de la migración no debe interpretarse solo en términos cuantitativos, sino también cualitativos. Las mujeres no solo están migrando en mayores números, sino que están redefiniendo y moldeando las experiencias y narrativas migratorias. La riqueza que tienen los encuentros de las mujeres, dota la experiencia migratoria de una resignificación profunda y consciente sobre lo que, como comunidad estamos elaborando en el extranjero. La mirada de la mujer mexicana en Europa como una mujer que ha venido a buscar un marido debe reconstruirse. El paradigma ha cambiado y las mujeres que se encuentran en Europa ven vulnerados algunos derechos al verse envueltas por un concepto que ya no las representa.
Como comunidad es nuestro deber escuchar las historias y los retos a los que se enfrenta la mujer actual. La atención a la salud mental es uno de ellos. Debemos destacar que la resiliencia emerge como una característica distintiva de estas mujeres. A pesar de los desafíos iniciales y de enfrentar barreras tanto externas como internas, las mujeres migrantes muestran una capacidad asombrosa para adaptarse, aprender y crecer en sus nuevos entornos.
Las redes sociales y asociaciones desempeñan un papel crucial en este proceso. Proporcionan a las mujeres un espacio donde pueden compartir sus experiencias, obtener apoyo y consejos, y sentirse menos aisladas. Estas redes pueden ser especialmente valiosas para aquellas que han experimentado traumas o situaciones difíciles, como la violencia de género.
La diversidad de experiencias y perfiles de las mujeres mexicanas en España refleja la complejidad y riqueza de sus historias. Desde estudiantes y profesionales hasta artistas y emprendedoras, estas mujeres están dejando su huella y contribuyendo significativamente a la sociedad española.
La migración femenina es un fenómeno complejo que requiere un enfoque interdisciplinario y sensible al género para su comprensión completa. Las historias y testimonios de estas mujeres mexicanas son una fuente inestimable de conocimiento y deben ser reconocidas y valoradas en toda su profundidad y riqueza. La categoría de “la migración rosa” debe de volver a analizarse para personificar y humanizar el momento presente.
La migración desde una perspectiva psicológica
La salud mental es un continuo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la migración puede ser un factor desencadenante para trastornos mentales. El aislamiento, el choque cultural y las presiones económicas pueden agudizar problemas preexistentes o generar nuevos. En las mujeres, la migración puede aumentar el riesgo de trastornos como la depresión y la ansiedad.
Mi experiencia como migrante me ha enseñado sobre los desafíos emocionales que esto conlleva. La migración, como Bhugra (2004) argumenta, no es sólo un viaje físico, sino también un viaje interno, un proceso de autoconocimiento y adaptación. Asimismo, la forma en que se comunica sobre la migración puede impactar significativamente la percepción y experiencia del migrante. En este contexto, la comunicación adquiere un papel vital, pues, como asevera Berry et al. (2005), la salud mental inicia con sentirse comprendido y validado en la comunidad.
Pero no todo es negativo. Las mujeres mexicanas demuestran una resiliencia notable. Utilizan su herencia cultural, se apoyan en redes de compatriotas y adoptan nuevas estrategias para enfrentar desafíos. La música, la gastronomía y las tradiciones son anclas que les ayudan a mantener un vínculo con su identidad.
Reconociendo estos desafíos, algunos países europeos han iniciado programas de apoyo dirigidos a migrantes, especialmente mujeres. Estos programas buscan facilitar la integración, ofrecer servicios de salud mental y crear espacios de encuentro para estas comunidades.
Conclusión y Recomendaciones
Las mujeres mexicanas en Europa enfrentan una serie de desafíos, pero también muestran una resiliencia impresionante. Para mejorar su bienestar mental, es fundamental:
- Fortalecer Redes de Apoyo: Crear espacios donde las mujeres migrantes puedan conectarse y compartir experiencias.
- Promover la Integración: Cursos de idioma y capacitación profesional.
- Proporcionar Servicios de Salud Mental: Terapias culturalmente sensibles y recursos en español.
- Apoyos para la incorporación de un programa integral de servicios de atención primaria y secundaria. En muchos casos, la migración afecta directamente a los bolsillos de las personas, por lo que se les dificulta abonar una terapia.
La experiencia migratoria es única y las políticas deben reflejar esa individualidad, apoyando a estas mujeres en su travesía y reconociendo su invaluable contribución a la sociedad europea.
Referencias:
- INEGI (2020). Estadísticas sobre migración mexicana hacia Europa.
- OMS (2018). Salud mental y migración: desafíos y soluciones.
- Rodríguez, E. (2019). La feminización de la migración mexicana a Europa. Universidad de Barcelona.
- Sandoval, M. (2022). Resiliencia en mujeres migrantes: una revisión de la literatura. Revista Mexicana de Investigación en Psicología.
- OCDE (2018). Perspectivas de la OCDE sobre las migraciones internacionales.
- Portes, A., & Rumbaut, R. G. (2006). Immigrant America: A portrait. University of California Press.
- Zimmerman, C., Kiss, L., & Hossain, M. (2011). Migration and health: a framework for 21st-century policy-making. Public Health Reviews, 33(2), 269-277.
- Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (2020). Informe sobre las migraciones en el mundo 2020.
- Organización Mundial de la Salud (OMS). (2020). Consideraciones sobre la COVID-19: la salud mental, el consumo de sustancias y las personas desplazadas o afectadas por una crisis.
- Silove, D., Ventevogel, P., & Rees, S. (2017). The contemporary refugee crisis: an overview of mental health challenges. World Psychiatry, 16(2), 130-139.
- Fazel, M., Reed, R. V., Panter-Brick, C., & Stein, A. (2012). Mental health of displaced and refugee children resettled in high-income countries: risk and protective factors. The Lancet, 379(9812), 266-282.
- Bhugra, D. (2004). Migration and mental health. Acta Psychiatrica Scandinavica, 109(4), 243-258.
- Berry, J. W., Phinney, J. S., Sam, D. L., & Vedder, P. (2006). Immigrant youth: Acculturation, identity, and adaptation. Applied psychology, 55(3), 303-332.
- Castañeda, H., Holmes, S. M., Madrigal, D. S., Young, M. E. D., Beyeler, N., & Quesada, J. (2015). Immigration as a social determinant of health. Annual review of public health, 36, 375-392.