ANÉCDOTAS DEL PICV 2023 EN MICHOACÁN

ANÉCDOTAS DEL PICV 2023 EN MICHOACÁN

@GobMichoacan

Para el estado de Michoacán, la Inmersión Cultural y el Voluntariado, significa vivir las culturas vivas comunitarias, acompañadas por las y los portadores de cada una de las regiones que conforman nuestro estado. Comprender la Inmersión Cultural, conlleva reconocer la palabra y la memoria como parte de nuestra identidad y la cultura como proceso, más no como producto.

Proceso que nos lleve a reconocernos en el otro, para cuestionarnos quienes somos y desde dónde nos construimos.

Para el Gobierno de Michoacán y en particular, para la Secretaría de Atención al Migrante, acoger a las y los jóvenes en familia en el cotidiano que muestra la fuerza, la resiliencia, la solidaridad y la comunión con la naturaleza para abrazar su propia historia y re encontrar la historia de las mujeres y hombres de fuego de estas tierras, de su linaje.

Así llegaron a la comunidad de Santa Fe de la Laguna; ubicada en la región lacustre del estado de Michoacán; doce corazones que caminarían en tierras Purépechas, y que ahora les contarán sus vivencias.

SILVERIO ALBERTO FLORES RODRÍGUEZ

En nuestro día de recibimiento, el pueblo de Santa Fe de la Laguna nos da una cálida y sonriente bienvenida. Una ciudad que tiene una belleza inigualable, nos adentramos en una verdadera inmersión cultural en donde estamos expuestos a una arquitectura mexicana, a comida típica, al idioma Purépecha el cual lucha y educa a los más jóvenes para mantener latiendo este idioma.

En la sonrisa de los niños podemos ver felicidad, amistad, compañerismo y de vez en cuando competición. Cualidades que forjan su carácter y que los preparan para sus próximos años de vida. En países como Estados Unidos y Canadá, este tipo de imágenes son muy escasas, los niños ya no juegan afuera, al contrario, se conectan con sus amigos a través de una pantalla, cada uno desde su casa, evadiendo todo contacto social en persona.

Enhorabuena por Santa Fe de la Laguna, por otorgar estos espacios para que la niñez pueda divertirse de manera segura y saludable.

JOSÉ LUIS ESQUIVEL SILVA

Michoacán está lleno de tradiciones, música, colores, arte y hermosas personas. No es un lugar para visitar con lentes de turista, es un espacio y un tiempo que debe ser vivido desde dentro, desde sus ritmos que te ponen a zapatear y desde el sabor que te envuelve en cada mordisco de su gastronomía.

Michoacán se vive así, ¡Fuerte! Toda mi vida conocí la capital de esta tierra y jamás me di la oportunidad de aprender a zapatear, el día de hoy comprendí que zapatear tiene toda una tradición y que esto puede centrarte en el momento presente, para poder tomar el ritmo de una buena pirekua. Pátzcuaro nos abrió sus puertas para aprender a bailar y la gente para disfrutar cada sonrisa y cada carcajada después del sonar de ciertos versos en la plaza principal, sin duda, hoy ha sido un parteaguas en mi vida, una experiencia que ya se queda en mi corazón, gracias, Michoacán.

MARISOL MENESES URIBE

Día tres estando en Santa Fe de la Laguna, fue un día libre en el que observamos gente descansando, señoras platicando en la plaza por las mañanas y niños jugando por la tarde. Es un ambiente tranquilo, la gente de aquí vive un ritmo muy diferente al que yo vivo.

En la mañana desayunamos cafecito y corundas, me encantaron. Luego fui a la iglesia y observé que aquí las personas caminan despacio, y toman tiempo para conversar. Hoy pude reconocer que ellos sí saben disfrutar la vida. Desde que salí del Hostal Echeri hasta que llegué a la iglesia solo escuchaba “buenos días” o “que tal”.

Santa Fe de la Laguna no fue nada de lo que yo esperaba. Todo lo que comimos fue absolutamente delicioso, la gente siempre me trató con mucho respeto y me saludaba todos los días y los niños tan lindos y dispuestos a ayudar. Esta comunidad me enseñó que la vida es muy bonita cuando sabes cómo vivirla.

DANIEL ARTURO SEPÚLVEDA LOMBERA

Michoacán es conocido como “la alma” de México y aquí los ideales de todo el país dan fruto. El trabajo duro es parte de la vida de los michoacanos y nos tocó vivir solo una fracción de este trabajo. Llegué a la comunidad indígena llamada Santa Fe de La Laguna en donde  vivimos la faena en un basurero convertido en jardín comunal en el que plantamos pinos y quitamos el zacate que crece grueso e impide crecer a los pinos chiquitos.

El sol bien caliente y el aire seco hacía el trabajo más duro. En total fueron tres horas de jornada. Entre todos no se hizo tanto trabajo, sin embargo nos dijeron que todo lo que hicimos es el trabajo regular de  solo dos personas. Santa Fe de La Laguna es un auto gobierno y la propiedad es compartida, no hay dueños. Me sentí parte de la comunidad haciendo esta limpieza que es para todos. Aquí todos se conocen y poco a poco nos estaban conociendo a nosotros.

ALEXANDRA RAMÍREZ TINOCO

El martes, 20 de junio, mis compañeros y yo fuimos a la plaza de Santa Fe de la Laguna para pintar bancas y limpiar las telarañas de unas lámparas, ahí encontré a unos Kuarhichas (vigilantes), Antonio y Emmanuel. Me comenzaron a hacer plática, me preguntaron de donde era y que es lo que hacía en la comunidad, pero también si trabajaba o estudiaba.

Además de conocer a Antonio y Emmanuel, tuve la oportunidad de conocer al jefe de los Kuarhichas, llamado Conrado. Nos contamos más de nuestras vidas, me contaban de sus raíces purépechas, y hasta chistes. ¡Puedo decir que los chistes de ellos fueron unos de los mejores que he escuchado!

Me sentí muy cómoda, como que ya me estaba integrando a la comunidad. Antes de venir a Michoacán estaba muy preocupada por los comentarios que decían la gente, pero muchas de mis preocupaciones se fueron después de conocer a Antonio, Emmanuel y Conrado. Siempre voy a recordar esta primera integración con ellos, aunque fue una simple conversación, significó mucho más para mí.

ANTONIO ÁLVAREZ

En las calles se ven niños jugando como lo hacía yo cuando era niño, se divierten con las cosas más simples, una lata de refresco, una llanta vieja, los niños juegan a las luchas, las niñas juegan a “las traes”.

Se hablan en purépecha y es una de las pocas cosas que les quedan a estas criaturas que usan ropa de marcas reconocidas, cortes modernos y uniformes de primaria para nada tradicionales. Sin embargo, las últimas tecnologías del capitalismo parecen no haber penetrado aún en las generaciones más pequeñas de esta comunidad, aunque es inevitable pensar en el rezago académico, social y cultural que sufren estos niños al no tener acceso a dispositivos conectados a internet.

Fuimos a la iglesia y jugamos futbol en el atrio, el deporte fue el vehículo para conectar con los más jóvenes de la comunidad. Pegamos un letrero afuera que leía “Evento de juegos infantiles, habrá premios”. Llegaron cinco niños con un balón roto, después eran 10, después 20. El rumor se corrió entre los chamacos y llegaban niños y niñas por montones.

Jugamos por una hora y al final anunciamos juguetes de premios, los niños se amontonaron emocionados por ganar algo. Así que decidimos que los juguetes se otorgarían tirando penales. El evento acabó, pero ahora los niños me reconocen en las calles, me miran con emoción y preguntan a qué hora nos desocupamos para volver a jugar con ellos.

JORGE ARMANDO BOYZO

Mi mamá es de Oxnard, California y mi papá es de Autlán de Navarro, Jalisco, México.

Mi parte favorita del día fue cuando dimos un paseo al Lago de Pátzcuaro con Don Roberto, donde vimos vacas y caballos en el camino. Cuando llegamos al lago, Don Roberto nos habló sobre la importancia de la pesca en la zona y cómo el lago ha estado en mal estado. Después de hablar con nosotros, mis compañeros y yo limpiamos a lo largo de las orillas del lago con lo mejor de nuestra disponibilidad. Recogimos grandes cantidades de basura y lo hicimos ver mejor. Deseo lo mejor para los pescadores que van a ese lago y espero que el lago se restablezca como originalmente era.

ROUSCHELLE DIAZ

Mi mamá es de la Ciudad de México y mi papá es de La Luz, Aguascalientes.

En un día bien fresco, fuimos a visitar la artesanía del municipio de Quiroga, Michoacán. Llegando a esta ciudad, la curiosidad de querer ver todo nos tocó. Había paletas de aguacate, el olor de carnitas y una historia de una batalla que nos faltaba conocer.

La actividad que más me agarró la atención fue dibujar las bateas con la familia de Anita Gutiérrez. Entrando se podía ver el amor que todos tenían por “la arte” del Señor José Antonio (padre artesano). Las paredes llenas de premios y certificados dedicados para él, dejando su marca en el mundo artesano. El hijo del maestro nos enseñó a pintar una batea con flores de distintos colores y tamaños. Adicionalmente, las letras en la plaza que dicen Quiroga fueron pintadas por José Antonio y su hijo. Fue muy fascinante aprender la técnica que se usó para dibujar las flores.

BRENDA PAOLA ELIZONDO

Me tocó seguir a David Hernández, uno de los Grandes Maestros en alfarería. Hace unos días fuimos a su casa para un taller de barro. Nancy, mi compañera de recámara me acompañó y en cuanto llegamos David estaba listo para ir a escarbar.

La caminata era larga y cansada, era de subida, al llegar al sitio de escarbación, nos contó historias sobre su padre y su abuelo, quienes escarbaban en el mismo lugar. Aprendí que la artesanía es una manualidad y forma de vivir sagrado para la comunidad de Santa Fe de la Laguna. David me contó sobre la importancia de seguir la tradición.

Cómo ese día no fui con mis compañeros a las carnitas, llegué temprano al Hostal Echeri con La Güera, Lucecita y Valentina, las niñas de Luz por que jugamos al “memorama” y tomamos fotos con mi cámara. Aunque ya estaba cansada por ir a escarbar el barro, las niñas del hostal me animaron. Me empecé a sentir como en familia platicando con ellos, fueron muy amables. Mi experiencia en Santa Fe de la Laguna fue algo bonito y me gustaría poder pasar más tiempo conviviendo con todos. Muchas veces, me apego a los niños y a las familias porque puedo mirarme en ellos y estoy feliz de poder ser parte de esta experiencia, por conocer a la comunidad, el idioma, la cultura y a la familia del Hostal Echeri.

NANCY LÓPEZ-ÁLVAREZ

Llegamos a Janitzio en una lancha vibrante, llena de turistas, comerciantes, y nativos de la isla. Nos recibió el Consejo Mayor, un grupo de líderes que están luchando por el autogobierno de la comunidad indígena. Hay no más de 5,000 personas en la isla, y llegan aproximadamente 50,000 turistas cada noviembre para experimentar las festividades tradicionales del Día de los Muertos. El autogobierno ayuda a la gente a beneficiar del turismo y tener apoyo para mejorar la calidad de vida en Janitzio.

ADRIÁN CHRISTIAN VELÁZQUEZ

Viajamos a la comunidad de Cherán, un pueblo autogobernado, lo que significa que sus ciudadanos controlan casi todos los aspectos de su pueblo. Desde los impuestos hasta las leyes y las políticas.

El consejo gobernante de Cherán, llamado Consejo Mayor, es capaz de determinar el destino de Cherán. Además del Consejo Mayor, Cherán también tiene un Consejo de Mujeres y un Consejo de Jóvenes. Estos otros dos consejos tienen su origen en la revolución de Cherán contra el crimen organizado que asolaba su pueblo y robaba sus bosques. Tanto las mujeres como los niños desencadenaron esta revolución que llevó al pueblo a rechazar el crimen organizado y a tener la oportunidad de no depender del gobierno central mexicano y de gobernarse a sí mismos.

Después de una reunión con el Consejo Mayor de Cherán, las guardias de este pueblo nos llevaron en camionetas hasta el punto más alto del cerro para encontrar una piedra gigante. Según las guardias, en el pasado algunos ciudadanos de Cherán escalaban esta piedra y bailaban para invocar la lluvia. Aunque nosotros no bailemos, si tuvimos la oportunidad de escalar la pierda y subir hasta la punta.

Después de escalar esa piedra gigante, nos montamos “patrás” en las camionetas y fuimos a otra parte del cerro en donde fuimos a pie y escalamos, de ahí pudimos mirar todo el valle, con casi cinco pueblos visibles.

LIZETH G. CALDERON CERVANTES

Durante toda mi estancia en el programa he aprendido a quitarme los lentes de turista, y ver lo que se vuelve invisible en Michoacán. Todas las comunidades indígenas, las costumbres, las tradiciones, lo que hace el estado tener ese espíritu de resistencia y continuar el legado de sus antepasados.

Los purépechas son personas de respeto, inteligencia y calidez. Es por eso que me dolió el corazón al ver la terrible realidad que se vive en cuestiones ecológicas, como el gobierno no le da prioridad a la laguna, como es que esos bellos recuerdos de los más viejos se queden en historias de cómo se metían a bañar en el lago, como es que el lago era tan inmenso y basto por eso no creían que ni Dios lo podría secar. La realidad que se vive es muy dolorosa, pero me alegre al saber que se está haciendo algo. A pasos pequeños, pero se está implementando una reforestación de áreas verdes, para que no se deje morir y se conserve la laguna para generaciones futuras.

Y así Santa Fe los abrazó como a sus hijos y ellos, después de procesos de reconocimiento de sí mismos, abrazaron a Santa Fé como a una madre. Entendimos gracias a las formas en que los jóvenes vivieron su reencuentro, que México es un país que espera paciente a todos los Mexicanos que están fuera, para cuando vengan enamorarlos con su cultura y vida, o invitarlos a cambiar algunas realidades, pero siempre, hacerlos sentir orgullosos de ser Mexicanos.

Agradecemos a los alcaldes y enlaces de los Ayuntamientos de Erongarícuaro, Pátzcuaro, Quiroga y Tzintzuntzan, así como a las Comunidades de Autogobierno de Cherán Santa Fé de la Laguna K´eri, y la Isla Janitzio. Las instancias educativas la ENES-UNAM, Universidad Latina de América y Jardín Etnobiológico de Michoacán. Y el apoyo de las familias Huacuz Dimas, Fuentes Arredondo y familias artesanas de la región lacustre.