Desde el PICV hasta las Naciones Unidas

Desde el PICV hasta las Naciones Unidas

“Desde pequeña comprendí el significado de – no pertenecer”

Mi primer recuerdo de estas dos palabras comenzó con el secreto entre mi madre y yo, “No tengo papeles”, lo que creó una distorsión en mi identidad como mexicoamericana.

Al saber que en cualquier momento podía perder a mi madre, me comprometí a ser una estudiante ejemplar creyendo que esto era lo mínimo que podía hacer al ver como batallaba para sacarnos adelante. Vivía con la cabeza agachada pensando cómo podrían ser los Estados Unidos mi hogar si mi familia y yo no somos bienvenidos.

Durante el transcurso escolar busqué la manera de encajar sin saber que poco a poco perdía mi esencia. Al crecer en Carolina del Norte, no tenía muchos recursos para conocer la historia detrás de mis raíces ancestrales, pero sí tenía experiencias vividas para saber que solo por ser hija de inmigrantes mis oportunidades eran limitadas.

Sin embargo, mi mamá siempre se esforzó por inculcar nuestras raíces y costumbres y recordarme que soy afortunada de nacer en este país. Al ver y sentir el trato de mi comunidad, como vivimos en las sombras debido a un estatus legal, como violan nuestros derechos por la barrera de lenguaje y la falta de representación en la política, recibí mi licenciatura en comunicación, español y derecho, las tres áreas en las que he encontrado la alternativa para luchar a lado de mi comunidad latina.  

Pronto me di cuenta de que no conocía el porqué de la migración a los Estados Unidos de mis compatriotas, ni entendía el amor que le tienen a México aun viviendo en otro país.

Gracias al Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) de la Secretaría de Relaciones en el Exterior (SRE), en 2019 y 2021, formé parte del Programa de Inmersión Cultural y Voluntariado, (PICV). Este programa, con meta de vincular a jóvenes con raíces mexicanas en el exterior a su cultura de origen, contestó todas mis preguntas y pude formar mis propias vivencias al conocer de cerca su historia, eventos culturales, los sistemas gubernamentales, la gastronomía, las zonas arqueológicas y las comunidades de los municipios que visitamos entre tantas otras cosas.

El resultado de este programa, es que ahora estoy más conectada a mis raíces, pero también me ayudó a entender los problemas mundiales que causan que la gente deje su país que tanto aman. La pobreza, la violencia y todos los desafíos que México enfrenta no son problemas únicos de México, existe una historia de negligencia donde otros países con más poder se han aprovechado de países con historia similar a México, causándoles que sean países tercermundistas. 

Por medio de esta experiencia también tuve una plataforma donde podía presentar la narrativa de ser extranjera y sentir que ninguna tierra es tu hogar. Fue aquí donde aumentó la fuerza de mi voz, donde pude exponer por qué los inmigrantes de primera generación están desconectados de sus raíces mexicanas al igual que desvinculados con los Estados Unidos ya que esta misma juventud siente que la política no los representa y para muchos tener una educación formal aún tiene muchos impedimentos. 

En 2022 fui nombrada la representante juvenil de la comunidad migrante en los Estados Unidos con la responsabilidad de representar a mis paisanos en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Me siento muy orgullosa y usaré esta posición para crear conciencia sobre la migración a nivel mundial, hacer negociaciones diplomáticas, conocer cuestiones internacionales y delegar para formar alianzas binacionales. Todo para apoyar la unificación de nuestros países y crear sistemas que apoyen la migración segura y ordenada.

Además, podré interactuar y conocer a los delegados de otros países para conocer la problemática que ellos enfrentan y trabajar juntos para crear estrategias que podrían combatir nuestros problemas en común. 

Debido a todo esto, ahora sé que sí pertenezco. Que nosotras, las personas mexicoamericanas somos embajadoras de dos países y no debemos de agachar la cabeza ni sentir que no encajamos.

Tengo la misión de empoderar a la juventud a incorporarse a la política tanto en los Estados Unidos como en México, ser una voz activa para las comunidades biculturales y ayudar con los problemas de derechos que enfrenta la comunidad migrante.

Espero que sigan muchos más jóvenes después de mí con sus propias historias de resiliencia, determinación y pasión. Que juntos podamos crear la unión entre nuestros dos hogares, política inclusiva y el empoderamiento de nuestra gente. 

Les brindo un agradecimiento a todas las personas que me han apoyado, mi familia, amistades, mentores y oportunidades que se me han presentado para llegar a este momento. 

Por Andressia Ramírez
@AndressiaR