Editorial

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En cada rincón de México, desde sus llanos y montañas hasta sus costas, existe un legado cultural y una historia viva que florece desde las entrañas de sus Pueblos Mágicos y Barrios Originarios, sitios impregnados de tradición, arquitectura única y manifestaciones culturales ancestrales.

Todas expresiones que no solo representan la diversidad y riqueza del país, sino también el alma misma de la identidad mexicana.

Para la vasta comunidad mexicana que reside en el exterior, difundir y promover este patrimonio es una tarea de cada día, tanto para el fortalecimiento de sus vínculos con la Patria como para el posicionamiento de México en el escenario mundial. Y cuando lo hacen presentan una imagen más rica y completa de su país: un lugar donde la historia, el arte, la gastronomía y las tradiciones se entrelazan para formar una experiencia única.

La invitación sigue en pie desde el Instituto de los Mexicanos en el Exterior ( IME) y es a visitar, conocer y difundir estos importantes sitios en aras de preservar nuestra identidad. Y es que cada monumento, quiosco, calle empedrada, catedral o fachada, es un testimonio vivo de lo que significa ser mexicano.

Al compartir este patrimonio con el mundo, la comunidad en el extranjero no solo ayuda a preservarlo, sino a atesorar un pedazo del México que permanece vivo en sus corazones y conciencia a pesar de los años y las distancias.

Y es que los Pueblos Mágicos, reconocidos por sus características históricas, riqueza cultural, paisajes únicos y tradiciones constituyen un tesoro invaluable que México ofrece al mundo.

Así que son visitados a diario por turistas de muchos lados que los admiran como son: auténticos guardianes de la memoria colectiva y cultural de la nación.

Todos han sido testigos de siglos de historia y evolución urbana, y para beneficio de las presentes y futuras generaciones, conservan la esencia de las primeras comunidades mexicanas, aquellas que hoy conviven con la modernidad, pero se resisten con orgullo a perder sus raíces.

Hoy celebramos que la comunidad mexicana en el exterior siempre se ocupa e interesa en difundir estos lugares. Y no es por gusto. En ellos reside una parte esencial de su identidad, una conexión profunda con sus antepasados y un reflejo de las raíces que han cruzado tantas veces las fronteras.
Para muchas mexicanas y mexicanos que viven fuera del país, especialmente las nuevas generaciones nacidas en el extranjero, el conocimiento profundo de los Pueblos Mágicos y Barrios Originarios actúa como puente para mantenerse conectado con su herencia.
A través de la difusión de estos espacios, la diáspora mexicana no solo mantiene vivo su sentido de pertenencia, sino que también contribuye a la promoción de un México auténtico y diverso en el exterior.
Además, compartir este patrimonio cultural con el mundo permite mostrar un México que va más allá de los estereotipos. Al mismo tiempo hace referencia ue México se expande más allá de sus fronteras!